“After Dark”, el pasado como gran impulso del presente para Satan’s Satyrs
La espera ha sido larga, tanto que posiblemente haya rondado una década para disfrutar de un nuevo larga duración de estos músicos neoyorquinos que en aquel 2015 nos dejaron su último “Don’t Deliver Us” (reseña aquí) como última cita a su discografía.
Hay que contar también el split con Windhand durante el 2018, pero es verdad que esa devoción al rock más remoto, las películas de explotación y la cultura de terror de serie B, llevaban un tiempo, un largo tiempo, esperando una continuación más expansiva.
La carrera de Satan’s Satyrs tiene de todo y con un sello como Tee Pee Records de respaldo, la llegada del nuevo “After Dark” tenía sus expectativas puestas en los ojos y oídos de muchas masas del underground.
Es cierto que algunos avances como “Quick Quiet Raid” nos habían dado pequeñas muestras de todo esto el pasado otoño pero no sería hasta este último viernes cuando saliera el lote completo.
“After Dark” devuelve al cuarteto a su zona de confort y en este caso, la figura de Clayton Burgess, como bajista y cerebro de estos Satan’s Satyrs siempre tuvo esa constante de seguir escribiendo, incluso en ese pequeño receso que han tenido los neoyorquinos en estos últimos tiempos.
De aquí sale en pequeñas porciones todas esas motitas psicodélicas de “After Dark”, con ciertos tintes glam, actitud punk y esa fusión garage rock psicodélico. El amor previo de Burgess por muchos iconos del punk más primitivo le pone muchas veces en el sitio del Iggy Pop más icónico, era The Stooges evidentemente. Pistas como esa apertura titulada “Hellin’ It Like It Is”, son toda una declaración. Magnífico el sucio blues que se ve en el trasfondo de “Iron & Ivy”, mientras que cortes como “Genuine Turquoise” aplica grados de distorsión e inquietud en su sección.
Desde luego, la línea musical de Satan’s Satyrs es de lo más versátil, una tendencia deliberada y salvaje al mismo tiempo capaz de impregnar ese rock más sucio en “Deadly Again” o la citada “Quick Quiet Raid”. Es verdad que la reforma en la alineación llevada por los neoyorquinos en los últimos tiempos, tiene mucha culpa de asistir a esta nueva reconversión sonora. Puedo ver pasar por el retrovisor, ideales de esta perspectiva estilísticas que nos pueden llevar desde Black Sabbath hasta Venom, y cruzarse con Blue Cheer sin pestañear. Es una destilación sonora que puede verse en “What The Winds Brought” y creer incluso que por momentos estas en las mismas fases de grabación del “Incesticide” de Nirvana.
Al fin y al cabo, Satan’s Satyrs se recrea y mucho en las raíces más oriundas de sus exponentes para llevarlas con transparencia en su nuevo encuentro. Las propias entrevistas a Clayton en las previas de promoción al álbum eran tan fieles que cuando escuchas “After Dark”, es el mismo reflejo de todas esas épocas primarias.
Dicho esto, “After Dark” en su infinita naturaleza macarra, tira del pasado para llevar ese impulso creativo a la renovación de su música.