Aver – “Orbis Majora”; Mirando a las estrellas…
Nuestra primera toma de contacto con los australianos resultó ser hace 4 años con el estupendo “Nadir” (reseña aquí). Las razones son evidentes, el encantamiento y fascinación que tienen Aver por el universo de los 90, fue nuestro motor para seducirnos, por eso hoy, nos ponemos los primeros en la fila para traer en el mismo día de su lanzamiento oficial, “Orbis Majora”, el nuevo trabajo y tercer LP del cuarteto de Sydney y también primer lanzamiento del sello Ripple Music, quiénes los acogen por primera vez entre sus filas.
Pocas veces dos géneros que resultan todo un atractivo a la hora de mezclarlos, suele tener una fórmula tan mágica como la aplicada por Aver. Estos australianos no solo te llevarán a la explosión de estos géneros en medio de los 90, con “Orbis Majora”, su nivel de inmersión profundiza mucho más, llenando de texturas psicodélicas sus muchas composiciones, ciertos toques progresivos y lo dicho anteriormente, esa surtido de stoner/grunge dando esa marca de la casa para Aver, unos madrugadores con ganas de juerga para este 2019.
Analizando bien el álbum de los australianos, seguimos viendo el perfecto equilibrio entre la diversidad de géneros ofrecidos. La agudeza de sus riffs, elementos más oscuros del grunge, junto con sus melodías, la voz de Burdt crea muchísimas tonalidades al espectro musical de Aver y los muchos momentos en esa colaboración de Monique Mezzatesta en la viola, novedad en las estructuras de la banda para la ocasión.
Hablamos de equilibrio, quizá una de las mejores bazas usadas por el cuarteto y que así ha demostrado mágicamente en discos anteriores. El saber conjugar los momentos de mayor clímax, guiándonos en ese remanso de paz y cálidas atmosferas, hasta venirse arriba con las diferentes variaciones aportadas por los buenos riffs que contienen.
Es cierto, es más corto que “Nadir”, también lo es en número de canciones, pero “Orbis Majora” es mejor en sus funciones, más compacto, no se hace tan largo. Esta vez, Aver ha sabido corregir los pocos errores cosechados en su entrega anterior, y la longitud de sus canciones cuadra perfectamente con sus grandes composiciones.
El disco en sí es un balanceo constante, su adelanto que ofrecimos hace algunas semanas, es un buen reflejo como apertura de su nuevo retoño. “Feeding The Demons” expresa exactamente lo que te vas a encontrar durante los próximos 50 minutos una vez le des al play. “Disorder” es un buque a la deriva dominado por un instinto de pura naturaleza mística nunca vista antes en Aver. “The Last Goat Out Of Pompeii” es un guiño a quiénes ustedes saben si fijamos la mirada en su título, las influencias lo son todo y rápidamente crean ese vínculo entre su música y el oyente, llenándolo de baños emocionales con un jabón llamado añoranza y esto se define en los últimos 25 minutos de “Orbis Majora”, dónde realmente se ganan al público, dónde la experimentación de estos tipos alcanza un valor incalculable y las ambientaciones que allí surgen, simplemente te conquistan.
“Orbis Majora” es el trabajo más meticuloso, trabajado y mimado por Aver hasta la fecha. Cuatro años dan para mucho y entiendo que en esto, los australianos han derrochado su tiempo para disfrutar de lo que hoy es una realidad. Multitud de giros son la innovación en esta nueva partida que ellos nos presentan, y sin duda, se desmarcan dentro de una tumultuosa escena como es la australiana, destacando con un estilo que allí no se fabrica, no de la manera que lo hacen ellos. Versatilidad a montones en un viaje que invita a mirar a las estrellas.