“Axexan, Espreitan”, expande la inmensidad de Moura
Psychedelic / Progressive Rock
Tras dos noticias explosivas de este jueves candente, cuyo último semblante con la venida del nacimiento de los norteamericanos Birth sirvió de posterior aclimatamiento, llegamos a la definición del mismo, elegido nuestro DISCO DE LA SEMANA, y el difícilmente superable que salga de los puestos honorables en lo alto de las listas de final de año para lo que es el regreso magistral de una banda conceptual como es Moura.
Suyo fue el 2020 como espectacular nacimiento vivido en medio del oscuro 2020, un año dónde el planeta sacaba a la luz todas sus enfermedades y la muchedumbre se sumergía en la oscuridad del confinamiento. Esto también cuenta a los músicos, quiénes muchos de ellos, Moura incluido, encontraron ese aislamiento de la sociedad como gran punto de inflexión e inspiración para abarcar lo que yo considero la exposición de su ambición llegados hasta el nuevo nivel ofrecido por Moura con su nuevo “Axexan, Espreitan”.
El segundo trabajo de los gallegos va mucho más allá de lo mostrado en su álbum debut (reseña aquí). Los pasados y la historia de Galicia muchos años atrás, sigue siendo la sangre que hace circular el motor progresivo que esta innovadora formación ahora añade nuevos elementos a la ecuación con la llegada de la cantante y percusionista Belém Tajes, dando una extrema esencia al progresivo, y muy vinculado con las almas del pasado que pudimos ver a ramalazos como ese homenaje al mítico Beat-Club alemán con el single “Romance de Andrés d’Orois” (ver aquí). Esto es tan solo un entrante a un meandro liderado por ideas vanguardistas y una variedad enriquecedora que multiplica extremada y exquisitamente las construcciones místicas de Moura a lo largo y ancho de un jardín de especias psicodélicas como es “Axexan, Espreitan”
No sólo la Irmandade Ártabra colabora en los muchos tramos del disco, es que el uso de instrumentos autóctonos y el empuje que muestra la tradición del género a través de los Hammond, theremin o mellotrones, son todo un impulso para entrar de lleno en las matemáticas de unos Moura más ambiciosos que nunca para formalizar desde planos magistrales uno de esos discos que llegan una vez cada tantos años.
Con la ambientación como uno de los grandes pilares que sostiene el universo sonoro de Moura, el simple hecho de tener una triple entrada como es “Alborada do Alén”, una magnífica ambientación con un baño de sintetizadores propia de entrar en el universo del reciente y tristemente desaparecido Vangelis, hasta llegar al magnífico crecimiento de la mencionada “Romance de Andrés d’Orois”, como una de las culminaciones del disco, y así dar paso en esta vorágine de elementos cuánticos a un guiño en toda regla a una de las fuentes de las que bebe la música de Moura con ese “Pelerinaxes” que transpira Motorspycho por los 4 costados. Son casi 15 minutos en los que los pelos permanecen como escarpias, quedando atónitos al firmamento que aquí se plasma, rendidos al inmenso espectáculo del que somos testigos de primera fila, y definitivamente encandilados por la fusión de una marca de lo más distinguida. Temas más directos como “Baile do Dentón”, impulsan el navío Moura hasta las estrellas, bien hermanados por el sonido Hawkwind para la ocasión. Aquí se cierra una primera parte de “Axexan, Espreitan” sin precedentes, espectacular en todos los sentidos, 4 ejercicios sin apenas paradas de descanso y conectados una tras otra como inolvidable carta de presentación para entrar en la espesa vegetación del álbum.
Uno ve estos arranques y ya que hablamos de un género siempre abierto a la experimentación y la inmersión de sus conceptos, Moura cumple con esos requisitos entrando en planos más experimentales en una segunda cara, que de alguna manera u otra, ofrece la cara oculta de “Axexan, Espreitan”. Los ritos ceremoniales del pasado despiertan en la mística instrumental de “Alalá do Abellón”, podemos notar como esos espíritus del pasado entran en nuestro trance psicológico. Las puertas del nirvana se abren y nos muestran una antesala para entrar en los vestigios del folk progresivo con la encantadora “Cantar do Liño”. Son minutos que a priori, dejan de lado más las voces para entrar más de lleno en la destreza de su baza instrumental. La aportación de Belem se puede ver en la dupla vocal con Diego Veiga en “Encontro Cunha Moura Fiadeira En Dormeá”. La música de Moura se refugia en estos instantes en un clímax puramente de cálidas brisas, perfeccionando todas las imágenes de un “Axexan, Espreitan”, juguetón en todos los sentidos, laberíntico en sus muchas representaciones, llenos de ese notorio crecimiento como ese último ejemplo de canción y llegando a este punto a su clausura que marca la pista más larga del redondo.
Todos los símbolos acuden a la llamada del cierre “Lúa Vermella”, haciendo que el valor de “Axexan, Espreitan” cobre un triple sentido en uno de esos tracks que es básicamente el resumen general de todos los conceptos anteriormente ilustrados. Desde el plano lírico, hasta su propia definición musical. La espiral de Moura aquí alcanza su punto de ebullición a través de tiempos lentos y las corrientes más pesados dentro de su onírica expansión musical.
“Axexan, Espreitan” es un disco para pujar fuertemente por uno de los caballos ganadores de este 2022, y como tal, es un pura sangre que al igual que la vegetación que rodea toda esa esquina del noroeste español, florece, se reproduce y extiende sus ramificaciones combinando esa tripleta de sonidos refugiadas en el psych/prog/folk, culminando una de esas heroicidades al alcance de muy pocos. Moura se expande ante su cuantiosa inmensidad viajando en su lengua materna y los espíritus que les han rodeado e inspirado en sus vidas. Una ofrenda como homenaje a los lémures del pasado, como todo un regalo para los oídos aquí, en el presente.
Sublime en todos los aspectos…
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