Cave In – “Heavy Pendulum”; El espejo de sus muchas influencias…
Ausentes de noticias interesantes en estos días, nos metemos de lleno en las muchas reseñas que tenemos por delante, destripando discos tan interesantes como este esperado “Heavy Pendulum” que supone el regreso fulminante de una banda como Cave In.
Los mismos, alejados de esos 90 más hardcore y entrando de lleno en un nuevo milenio dónde esa experimentación con su sonido ha alcanzado su mayor transparencia, pero sin dejar de lado la vertiente más aplastante, hacen su mejor homenaje en este “Heavy Pendulum”, como reverencia por todo lo alto para el tristemente desaparecido Caleb Scofield.
Lo nuevo de Cave In no debe caer en el olvido, de hecho, es de esos discos que van con un buen calzo a estas entrañas siderales del cosmos internauta, bajo una comandancia de la vieja guardia que ha hecho que eso de que el tiempo que ha pasado, haya merecido la espera. Aunque es verdad que tampoco hayamos tenido que esperar mucho ya que la última entrega de los norteamericanos fue en el 2019 con “Final Transmission”.
La muerte de Scofield un año antes ha hecho que esta familia de músicos haya tomado como máximo referente el semblante de Cave In, como el mejor híbrido entre el pasado noventero más alternativo y la odisea más afilada hacía el sludge progresivo de Atlanta, creando así una marca impecable que sigue esa senda Baroness, Kylesa, Mastodon, en cierta manera.
Igualmente, las armonías vocales y fieros riffs traducidos en oleadas tormentosas, respiran la larga lista de proyectos paralelos por lo que estos artistas tienen el merecido reconocimiento en el día de hoy. Y tras este inciso, la huella de Cave In reclama su mejor potencia en este equilibrio progresista que bien actúa como un disparador de emociones.
Hay que ser realista, “Heavy Pendulum” es oficialmente el primer trabajo sin la labor de Caleb, pero su sombra es enormemente larga para que pueda levitar su espectral silueta fantasmagórica, y hacer del álbum su mejor alegoría. Como bien expresa su propio título, el equilibrio les lleva como el mejor péndulo dentro de sus muchas corrientes pesadas, empapado maravillosamente por esas inclinaciones hacía el Seattle de los 90 en pistas como “Blinded A Blaze” o la maravillosa fábula titulada “Reckoning” (ojo, uno de los videos del año), elevando la labor de Adam McGrath, como uno de los grandes artífices en la contribución de “Heavy Pendulum”, componiendo íntegramente esta pista. Pero el disco es mucho más… el inicio devora en esas partes más hostiles como es el caso de la abridora “New Reality” o “Amaranthine”, como las dos últimas contribuciones de Caleb con Cave In en la composición. A partir de aquí, hay que quitarse el sombrero con la aportación de Stephen Brodsky, la producción de Kurt Ballou, o el propio arte exterior de Richey Beckett. Piezas importantísimas para recrear la grandeza de “Heavy Pendulum” desde de todos sus prismas. El crecimiento perpetrado en el cierre “Wavering Angel” es superlativo, una de esas pistas que bien transita por esas conmociones que no hacen más que tambalearse a lo largo y ancho de “Heavy Pendulum”, con partes solidas como las de “Blood Spiller” o la propia canción principal dónde las cepas grunge vuelven a saltar a escena.
Desde los vientos músicas más tradicionales, hasta esa versátil cruzada de estilos masivos y espaciados. Todo forma parte de un espectáculo sonoro del que muchos se han aventurado a proclamarlo como el gran soberano en la discografía de Cave In…. Mutoid Man, Old Man Gloom, Zozobra o incluso los mismos Converge, toda una familia de músicos, amigos y compañeros de faena que centran sus esfuerzos más experimentales en un proyecto como es Cave In para hacerlas como el mejor reflejo de todas ellas. No sé si será el mejor disco hasta la fecha de la banda, pero desde luego es uno de los cráteres más importantes que deja este 2022, como un reinicio de este proyecto fascinante, arrebatador y absolutamente prometedor, como estreno fundamental con Relapse Records.