Desconcertante, complejo, extravagante… presentamos el inquietante estreno de Iron Jinn
Corría el año 2018 y lo que en un principio era tan solo un proyecto hecho para los directos, poco a poco fue equiparándose en ideas y esa pasión por explorar en su, llevando esa psicodelia a un nivel mucho más diversificado.
El pasado fin de semana, se celebró la más reciente edición de un certamen como fue el Roadburn Festival, ese primer punto de encuentro de Iron Jinn en el 2018, que ahora, 5 años después, vendría llevando su música a un nivel superior y presentando para la ocasión su álbum de estudio auto-titulado, que también sirve como estreno de la banda.
Los músicos Wout Kemkens y Oeds Beydals, este último en formaciones como Death Alley, Molasses o The Devil’s Blood, son la punta del iceberg en ideas fundadoras de estos Iron Jinn, completando su alineación con Bob Hogenelst y Gerben Bielderman.
Como hemos dicho, su debut en el formato físico llegó el pasado viernes por medio del exclusivo sello Stickman Records, en medio de esta cruzada estilística dónde las corrientes más clásicas de los 60 y 70, llevan en esa conexión avant-garde a un estado emocional perpetuo en estos 9 valerosos actos que custodian el debut de los holandeses.
Hay una fascinación por ese encantamiento en las armonías más oscuras, de penetrantes zumbidos reinantes en esa psicodelia atmosférica sin perder el buen swing de sus composiciones. 
Tal es así, que los holandeses ya tienen en la agenda una gira preparada con el mismísimo Alain Johannes. Un nexo bastante apetecible en cuanto a su sonido si vemos la similitud de ambos proyectos, unidos en una misma causa para ese recorrido por el viejo continente.
En cuanto al disco, el debut de Iron Jinn es poseedor de esa atmosfera inquietante que se mantiene omnipresente en todo el álbum. Dato significativo para entender esa burbujeante psicodelia que revolotea sobre nuestras cabezas como esas mariposas que nos llevan a las puertas del nirvana. Esa vanguardia es partícipe en este desconcierto y hace que esas propias agitaciones mentales nos sumerjan en la oscuridad del mismo.
Revueltos en una visión polarizadora y un ambiente sumamente plácido dentro de esa aura de misterio, la vida real se aleja de la fantasía a la que vamos a disfrutar. Ambas líneas parecen caminar en paralelo, solo que la elección para la ocasión es clara. El surrealismo de Iron Jinn lleva innumerables visiones propias de esas ideas gestadas por Beydals y Kemkens, aunque para más inri, me quedo sobre todo con esa cuidada producción definida en unas canciones exquisitas, bellamente entrelazadas, radiantes de esa rareza en su ejecución.
Aunque haya partes más estándar como es “Winding World” o “Ego Loka”, la innovación entra en una de las participantes de nuestro último podcast, “Lick It Or Kick It”. Tan formidable como siniestra, presenciamos ese dinamismo de Iron Jinn en toda su exposición. Incluso con atmosferas tan progresivas como “Bread And Games”, podemos ver esa faceta camaleónica de los holandeses, más allá de ese poder enigmático plasmado en “Relic”. Finalmente, yo elegiría “Cage Rage” con esa fábula de 15 minutos como mejor rompecabezas de todo un disco en continua construcción de ideas.
En fin, creo que es un disco que tiene su atractivo en ese cúmulo de extravagancias, y con esta premisa, ya os puedo asegurar que no es un trabajo que entre a la primera. Evidentemente es esa originalidad la que hace de Iron Jinn crear una marca de lo más personal, agrandando esa sombra dentro de la oscuridad del mismo. En esta reunión propia de un mundo distópico, es ese poder y el mismo deseo las que nos acercan al filo de ese abismo que llamamos realidad.
