“Diversions Vol. 2: Enter The Astral Plane” y el bendito caos sonoro en lo nuevo de Kanaan
La magia de Kanaan de vuelta como DISCO DE LA SEMANA. Lo que hace poco menos de un año inició una serie de ensayos de la propia banda bajo el título “Diversions Vol. 1: Softly Through Sunshine” (reseña aquí), ahora llega con una continuación, inyectando esas cepas de heavy psych progresivo, y sus largos conductores que a veces viajan por esas tendencias al jazz, poniendo en liza el largo abanico de prestaciones de los noruegos.
La capital de Oslo vuelve a ser protagonista de nuestro umbral psicodélico 24 horas después. Ya lo decía ayer, y no es ningún secreto ver la proyección de bandas que constituyen el panorama nórdico para darnos el festín que venimos llevando a cabo en tan próspera maratón.
Esto por un lado, por el otro es la constante marcada por Kanaan, floreciendo una discografía que salta a la vista más allá de la destreza de sus músicos, también por la cantidad de números en sus lanzamientos. El power trío sigue excavando en su carrera, y aunque este nuevo material salga de las tantas grabaciones de la banda durante el 2021, hay que tener también en cuenta el lanzamiento de “Downpour” (reseña aquí) en el primer semestre de este 2023.
La larga fila de improvisaciones nuevamente se alza entre nosotros a través de este segundo tomo de la saga “Diversions”. Citan a muchísimas influencias, importantes pilares de los 70 y finales de los 60, pero eso no quita el mérito de esta banda a desmarcarse en muchos aspectos y crear esa turbina de inyección sónica a la psicodelia vertiginosa dominante entre el caos de sus funciones. “Enter The Astral Plane” vuelve a emitir esas mágicas jam sessions psicodélicas de los noruegos. Su énfasis por disolver su cósmica propuesta se ancla sobre todo en el principio y el final del álbum con sus actos más largos. 
Desde esa rítmica imparable significativa en “Rough Air”, y esas semejanzas a Hawkwind en su trote, hasta la propia canción principal que abre el disco a través de un fascinante in crescendo, y ese resoplido de tonalidades atmosféricas y tiempos lentos que preceden en su primer acto. Tan solo unos minutos después, topamos con la ambientación de un sintetizador propio de ser operado por la elegancia futurista de Vangelis. Finalmente y como de costumbre, Kanaan rompe el clima penetrante a través de ritmos vertiginosos y ese delirio caótico por el que muchos obtienen uno de los grandes atractivos de la banda.
El tramo medio de “Enter The Astral Plane” nos mete en ese interludio titulado “Aura”, nuevamente bajo la orquestación únicamente de las teclas. Sin embargo, el avance que nos dieron ellos en su día con “Blitz” vuelve a desestabilizar el orden constructivo y entrar de lleno en esa corriente jazzística tan peculiar de ellos.
Mejor que su primera entrega, “Diversions Vol. 2: Enter The Astral Plane”, vuelve a mostrar las muchas facetas de Kanaan en sus 40 minutos de desvaríos espaciales y esa química de psicodelia espacial, impulsándonos a ese precipicio infinito que es el gran abismo universal.
Disfruto cada capítulo de esta banda, porque sus conceptos son más que innovadores dentro del complejo gremio psicodélico-progresivo, es por eso que Kanaan es una banda realmente especial y vanguardista en todos los aspectos y aunque esta nueva cadena de ensayos venga dos años atrás en el tiempo, no quita que su propuesta siga siendo altamente productiva en términos de un triunfante progreso.
