El Jefazo – “Simbiosis”; Reinando entre especies…
Tres años después de esparcir a los 4 vientos la malevolencia transformada en pesados riffs del homónimo estreno de El Jefazo (reseña aquí), los peruanos vuelven para perturbarnos con su segunda entrega, “Simbiosis”.
Haciendo hincapié en la sección favorita de un servidor y que empieza a superpoblarse para este 2019, los discos instrumentales realmente llaman la atención porque son los primeros que evidencia la naturaleza de un músico que no lleva guiones en sus estructuras, tan solo el efímero placer de descargar todas sus prestaciones en los minutos de un show más propio al de un happy hour para ese tímpano que degusta a diario la grandeza de un buen riff pesado.
Esto es básicamente El Jefazo, con los decibelios elevados a la distorsión celestial más apropiada. Stoner/doom de alto octanaje, de riffs ancestrales, reinando entre especies como bien indica su título. El power trío limeño muestra 7 actos de extrema aspereza, forrados nuevamente por el arte de Andrea Nakasato en su portada.
Lo que está claro es que estos tipos son una banda de directo, la escasa producción de “Simbiosis” es sin duda el punto negativo de este lanzamiento que no deja brillar las muchas acritudes de El Jefazo, los mismos que se hacen devoradores de almas sobre cualquier escenario.
“Simbiosis” recoge momentos importantes, dónde se muestra ese sondeo de los de Lima en pistas como la parte final de “El Hedonista”, en un bucle de bestiales riffs alargados hasta el paraíso del ensordecimiento. Otros casos como “Uranai Baba!”, bendito desenfreno al final o “Pulsión De Muerte”, muestran una banda para atropellarte como un tráiler de 18 ruedas. Puedes sentir como todas y cada una de esas toneladas de enorme pesaje, te aplastan sin contemplaciones en los 3 minutos de galopada infernal, más propios de unos Motörhead chutados hasta las trancas. La disciplina impuesta por Sleep en su provechosa existencia, gobierna los mandos con “El Daño Está Hecho” o esa épica final llamada “Drone Gato”, aquí nuevamente volvernos a deslizarnos por el fango más reconocido de estos músicos, pero el alarde y atrevimiento de su guitarra Bruno Sánchez, le hace erigirse como protagonista principal de este espectáculo.
Son muchos los momentos de este álbum en el que siento los mismos sentimientos que en su debut. Y si estos tipos alargaran sus composiciones, indagarán en sus muchas hostilidades internas, mezclarán sus dosis de psicodelia entre sus fortalezas de distorsión, ¿se hacen una idea de lo que les cuento? Puede que guste o puede que no, tal vez El Jefazo sea una banda de pura estimulación y dar al oyente exactamente lo que pide, un primer plato sin entremeses ni postres que llevar a la boca, de una crudeza como los decibelios vomitados por tus altavoces con el mismo ritmo implacable más característico de ellos.
En cualquier caso, y dentro de las muchas similitudes sondeadas en el vasto imperio del sonido pesado, El Jefazo es una bocanada de aire fresco con los métodos más tradiciones del género. La sombra en el legado de los Matt Pike o Al Cisneros más titánicos, se alarga en una clase maestra de como el alumno contenta al profesor, lleno de una enseñanza laboriosa, impulsada por ese reinado del stoner/doom actual, alargando su testamento entre su largo linaje. He aquí unos abanderados de esta especie, “Simbiosis” asalta todos tus sentidos, en una de las batallas auditivas más voraces que puedas escuchar este año. Nos sometemos ante su embestida.