Electric Orange – “EOXXV”; 25 años en la cresta de la ola…
Con un cuarto de siglo a sus espaldas y provenientes de un país que tanto ha dado al género en cuestión como es Alemania, Electric Orange culmina sus 25 años de encomiable labor al páramo psicodélico con la última de sus manifestaciones, “EOXXV”.
Lanzado en una exquisita edición de triple vinilo por parte de Adansonia Records el pasado mes de Septiembre, los veteranos músicos de Aachen, nos zambullen nuevamente en esas mantras demenciales con la última de sus sinfonías surrealistas. Otro maravilloso viaje al nirvana, a cargo de uno de los mejores alquimistas de su especie.
Veinticinco años dan para mucho, desde el nacimiento, hasta la adolescencia, pasando por esa metamorfosis que nos lleva hasta la madurez musical personificada de inigualable manera en la última propuesta de unos Electric Orange que durante el pasado verano de 2016, nos volvieron a maravillar con su excelente “Misophonia” (reseña aquí).
Nuevamente y digamos desde su lado más experimental, el empirismo del cuarteto alemán vuelve con su oferta más extensa. “EOXXV” roza los 140 minutos divididos en 7 atmosféricos actos dónde los sintetizadores e instrumentos de viento empiezan a despertar las sombras más maquiavélicas del álbum, como es el caso de “Under The Nun”, caracterizada mayormente por una sección rítmica que se hace notar más. Un ejemplo gratificante, para sentir ese calor corporal que recorre tu cuerpo cuando decidimos hacer inmersión hacía el profundo océano de secretos que disponen las muchas prestaciones musicales de Electric Orange.
Los mismos músicos alemanes son conscientes de esa gesta lograda durante más de dos décadas, no solo hablamos de un claro referente para las muchas jóvenes bandas psicodélicas europeas, lo que hace grande a Electric Orange, es que son muy pocas las formaciones que puedan crear canciones que tengan tal atracción. Un ejemplo para esto es “Gnosis”, como bien indica su nombre es una hipnosis espiritual, más próxima a un despertar dentro del paraíso de una planeta inhóspito, en el que poco a poco, a través de la contribución de los órganos se va convirtiendo en una estampa casi fúnebre.
Las ideas y venidas de la banda, nos columpian en un vasto universo de creaciones, dónde estos arquitectos de atmosferas, se extienden en el firmamento con composiciones que rondan entre los 15 y 25 minutos. Durante este tiempo, canciones como “Continuum”, abren la nueva odisea teutona con primeros tramos ambientales, que acaban tornándose como la tónica general del disco. En realidad, la abertura de Electric Orange en “EOXXV”, es una pieza muy tenue que recarga fuerzas para lo que está por venir en sus más de 20 minutos. También es la más larga del álbum, los derivados del kraut y toda esa psicodelia atmosférica, reinan en esta bóveda de inauguración magistral con los parajes más cálidos.
Al igual que su predecesor álbum, “Misophonia” también tiene su protagonismo en el aniversario de Electric Orange con el cuarto y quinto de sus trances. Estupenda su posición en el disco y bien juntas ya que al fin y al cabo, forman parte de una misma canción con principios floydianos de lo más minimalistas. La banda aprovecha estos efusivos compases para indagar en mayor medida en su siempre característico krautrock, como marcaron sus antepasados en la época. Si “Misophonia IV” es mucho más sombría, es su continuación la que nos adentra en ritmos más tribales, alargando la capacidad instrumental de la banda con uno de los crescendos más notables del álbum, conforme avanza el track, y esas intromisiones más electrónicas.
La parte final del álbum es, desde mi punto de vista, mucho más espacial con los momentos de “Faint”, una masterpiece que nos suspende en el abismo sideral y ese constante zumbido, propio de la brisa en el infinito negro universal. Una de las mejores mantras construidas por Electric Orange en todo este tiempo. Con “Residuum” posiblemente muchos se les venga a la cabeza las últimas partituras desplegadas por el maestro Hans Zimmer en “Blade Runner 2049”, pero no, no estamos hablando de esa banda sonora desplegada en el notable regreso del cineasta Denis Villeneuve, y en su lugar, postula a estos Electric Orange dotando de una nueva visión apocalíptica, con esta declaración final que se reduce al misterio y suspense derrochado este trance de álbum y lo fundamental que resulta para el mismo; la gran aportación de los sintetizadores. La última pieza es atemporal, no entiende de décadas ni fronteras, un sórdido espectáculo como pocas veces han logrado Eletric Orange en su existencia, y confirmando así, una vuelta soberbia, dónde no hacen falta riffs de guitarras para marcar un estilo poderoso. Todo lo contrario, Electric Orange, y su duodécimo disco de estudio, abre su particular tarro de la esencias para llevarnos hasta su propia naturaleza de cautivadoras especias y exuberantes nebulosas.