En vísperas de su lanzamiento, El Lobo En Tu Puerta presenta el track by track de “Santana Bendita”

 

 

Mañana será el día oficial que “Santa Bendita” salga a relucir con toda la fuerza que promete el nuevo redondo de una banda gaditana como es EL Lobo En Tu Puerta.

Con la escucha de las canciones y la información de primera mano por parte de estos artistas, siendo Spinda Records, el distribuidor del álbum e intermediarios de este artículo, profundizamos en la verdadera matriz de “Santana Bendita”.

 

Madre

Empezamos con los teclados de Koe Casas invocando a los espíritus del otro lado, respiramos a John Carpenter, respiramos «The Void» de Steven Kostanski, respiramos mientras Julio aúlla a la luna negándolo todo. Entran la guitarra y la batería golpeando entra las frases que explican que la canción habla de una perdida. Todo se vuelve violento y tormentoso cuando unen fuerzas los instrumentos y la voz se contagia y empieza a romperse. Arrastramos el dolor y la rabia hasta el final de la canción que abre la puerta hacia “Santana Bendita”.

 

Niño Salvaje

Rompe un riff saltarín y travieso de Tanín para que Búho empiece a cantar a gritos la historia de ese niño salvaje que perdió a su madre en el capítulo anterior. Vivir para montar, vivir para golpear. La canción que se sale más del tiesto del sonido de “Santana Bendita”, pero que carajo, cuando el «mojo» funciona que le jodan al concepto.

 

Müllenbach F.S.

Queríamos la mierda sonora del «Kill´Em All» de Metallica y, lógicamente, acabamos cabalgando a lomos de Motörhead. Frenética es la palabra, rápida, inconsciente, como la adolescencia de la que habla la letra. El tiempo no vuelve, esos años no vuelven, vive deprisa y deja un bonito cadáver, aunque te sientas inmortal e intocable. Ese niño salvaje creció en este capítulo.

 

El Hombre De Cera

No eres Superman, aunque te creas invulnerable, estás expuesto a derretirte en cualquier momento como si fueras un hombre de cera. Los años en que te creíste intocable se acaban y la vida te golpea implacablemente con toda la despiadada dureza con la que puede golpear. Suena a El Lobo En Tu Puerta más que otra cosa, nos miramos en el espejo y nos vemos a nosotros mismo. El niño termina la cara A de “Santana Bendita” lamiéndose las heridas y esperando que le deparará el futuro.

 

La Llamaban Nadie

Abrimos la cara B respirando Black Sabbath por todos los poros de la piel. Canción que forma parte de una trilogía con los otros dos temas que la siguen. La canción crece mientras habla de presencias y acaba convirtiéndose en la tormenta en la que se tienen que convertir todas las canciones. Pasamos a la siguiente presencia, saltamos de sueño en sueño como los personajes de «La maldición de Bly Manor«.

 

Tan Fuerte

Riff que cabalga con «muchísimo amor» por Led Zeppelin. Los teclados te envuelven en vapor entre fraseos nebulosos. La letra te explica cómo fue la presencia de la que habla la canción. El lobo aúlla melancólico en el estribillo recordando que nadie le dolió tan fuerte. Todo se vuelve a transformar en tormenta, en espasmos de rabia, en saliva, fauces escupiendo fuego con los ojos en blanco mientras todos giran en la habitación como el fantasma de Ian Curtis.

 

Hong Kong II

Empezamos invocando a Tony Iommi para darnos cuenta de repente de que tenemos un riff entre las garras de Búho que suena a los putos Pantera, nos miramos y sabemos que tenemos oro envenenado. Le damos otra vuelta a la poción con un fraseo de Julio que huele a hip-hop. El scratch de Jesús Trivinho en los puentes es que pegaba mucho joder, era inevitable, so fresh. Final con un sintetizador del señor Koe que te levanta del suelo y te golpea contra el cielo. Volvemos a invocar a Tony Iommi y terminamos la trilogía de las presencias para terminar a su vez “Santana Bendita” en el siguiente corte.

 

Pennsylvania

Suena la guitarra de Tanín y todos sabemos que el viaje se termina. Doom, sludge, lo que sea, pero se arrastra por el lodo entre colillas y soledad. Nadie va a escapar, nadie va a olvidar, si no lo sabes esta canción te lo deja claro. Es una historia que avanza fotograma a fotograma volviéndose paso a paso más rabiosa, más acorralada, más derrotada. Paramos para tomar el último aliento, y somos conscientes de que no tenemos escapatoria, somos el puto «Grupo Salvaje» de Sam Peckinpah y vamos a morir acribillados. Todo se termina entre la niebla y el ruido silencioso de la noche, entre teclados de Koe y guitarras ambientales y desbocadas de Tanín, entre el frio abrazo de la oscuridad se envuelve el camino que deja “Santana Bendita” atrás. Solo el eco de lo que ha pasado nos acompañará al final de todo. The End.

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