Greenleaf – “Echoes From A Mass”; En busca del equilibrio…
Lo nuevo de Greenleaf, es uno de los pocos resquicios que nos quedan del mes de Marzo y que intentaremos disipar en estos próximos 5 días para afrontar el mes de Abril, ya iniciado en su mercado de tantos y tantos lanzamientos que tenemos previstos por delante, para seguir esta senda exitosa más propia de un no parar, ante tantas y tantas bandas de discos esperados y posteriores revelaciones. Vamos, el pan de cada día en esta casa…
Con este pequeño prólogo improvisado me dispongo a dar mi opinión al nuevo “Echoes From A Mass” de los suecos Greenleaf, proyectados desde un núcleo provechoso para esa revolución stoner sueca como es la misma localidad de Börlange.
Hablamos del octavo trabajo de estudio, tercero de manera consecutiva bajo el mandato de Napalm Records, de Greenleaf como aquel proyecto paralelo iniciado por Tommi Holappa, Daniel Lidén y Bengt Bäcke iniciado más de 20 años atrás.
Es verdad, de esos cimientos solo la estela del también guitarrista de Dozer como alma de este grupo es la que queda vigente, y es que todo sigue partiendo bajo sus principales ideas. Dentro de una banda que no ha estado libre de muchos bailes en su formación, su sonido vamos a decir que sigue prácticamente intacto. Lo de “vamos a decir” hay que cristalizarlo un poco más y es que citando al arropo del actual sello austríaco, es verdad que desde su primer encuentro con “Rise Above The Meadow” (reseña aquí) ese característico heavy rock de los suecos, empujado por sus símbolos más propios a la vieja escuela del stoner rock, poco a poco han ido perdiendo esa pegada, entrando en terrenos más melodiosos con la consecución de sus nuevas canciones. La salida de un sello que es historia para el género desértico como es Small Stone Records, tiene mucho que ver, o al menos esa es mi percepción, la misma que me lleva a disfrutar de una banda como esta, en plena explosión con entregas anteriores como “Nest Of Vipers” (reseña aquí) o su sobresaliente “Trails & Passes” (reseña aquí).
Dicho esto, dejemos las discrepancias o teorías conspiratorias por parte de un servidor que solo intenta ser transparente en sus palabras y centrémonos en el contenido de “Echoes From A Mass”, el mismo que cualquier trabajo, sigue escondiendo cosas bastante interesantes, que no dejan de sorprender al oyente. Supongo que esta es una de las grandes bazas de una banda como Greenleaf, la capacidad de llamar la atención a la primera, a través de un desarrollo compositivo cada vez más sumergido en esas atmosferas armoniosas, que de alguna manera u otra, siguen embistiéndonos con esas bocanadas de aire caliente, llegadas desde lo más profundo del desierto.
La capacidad, este el caso que nos trae el nuevo material de Greenleaf, la búsqueda de un equilibrio en su discografía que no le haga salirse del camino originado dos décadas atrás, con la firme y única intención de contentar a sus viejos seguidores y atraer a los más nuevos. En este apartado, Greenleaf son únicos y hay pocas bandas como ellos capaz de encontrar esta jugada maestra.
Más limpio y más elegante, pero también más simple y menos complejo, esto es “Echoes From A Mass”. Un disco dispar en su atrevimiento a los muchos adjetivos por los que pueda definirse, pero con la captura de complementar un estilo creciente como el de estos Greenleaf en su larga y curtida carrera, basando sus letras en el atrevimiento de las muchas relaciones de sus componentes a lo largo de sus vidas. Aquí se presentan ante una naturaleza dominadora de tus sentidos, pero ante todo llena de esas tonalidades emocionales que le dan una perspectiva fría por momentos, pero salvaje en todo su acondicionamiento.
“Echoes From A Mass” llena de atributos en esa citada búsqueda del equilibrio de Greenleaf, y esto en parte tiene mucha culpa un alquimista como Holappa y la reflexión que deja este confinamiento global, desde dónde se esconden las primeras grabaciones de este redondo. Digamos que aquí tenemos a los Greenleaf más sinceros y profundos de toda su carrera, escribiendo un canto de profundas melodías y cierto encantamiento en el heavy blues, como nuevo giro de tuerca en su discografía.
No dejará a nadie indiferente.