“High Tech Low Life”, la expresión más virtuosa de Buddha Sentenza
Con un disco como el nuevo trabajo de Buddha Sentenza, tuvimos el placer de disfrutar de una de sus canciones en nuestro podcast de Febrero (escuchar aquí), cayendo en ese exquisito universo lleno de la complejidad del progresivo dentro de esos minutos instrumentales desplegados en un álbum que por momentos ese bombardeo heavy psych, va más allá de adentrarnos en ese germen psicodélico por un estilo prácticamente visionario en sí.
Listos y dispuestos, y con detalles a repartir a mansalva, “High Tech Low Life” supone la tercera entrega de este quinteto oriundo de la localidad alemana de Heidelberg. Con la base puesta en su anterior “Semaphora”, el instinto innovador de los alemanes alcanza un nuevo nivel en este tercer recurso. Un redondo que viene a partir de una discográfica amiga de esta casa y que desde hace algún tiempo, no reseñábamos ningún producto de su factoría; Pink Tank Records.
Ni que decir tiene que desde su último trabajo en 2016 a este, han pasado 7 años y todo tipo de infortunios para que los alemanes hayan usado todo ese tiempo y mimar todos los matices de este “High Tech Low Life”, hasta el último detalle. Desde una sesión abortada en 2019, pasando por la posterior pandemia y los diferentes problemas que suponían las dificultades en las casas de prensados de vinilo, han llevado hasta la factura de 7 años de espera. Eso sí, ahora podemos decir que todo este tiempo de vacío, ha valido la pena…
Es verdad que la psicodelia, como base general, tiene sus muchos puntos de conexión. Muchos de ellos se deslizan sobre el contorno de “High Tech Low Life”, desde el atmosférico, pasando por el mencionado progresivo, y todo a través de un deleite en el que no faltan esas cabalgadas en sus crujientes riffs y la exposición de los propios músicos a la hora de desplegar su mejor virtuosismo.
Los desarrollos nos llevan a una complejidad única para paladares exigentes, y a partir de aquí se expresa ese sentir de los músicos en un disco derrochante de personalidad y una marca original que van de la mano. Largos pasajes abarcando un deleite extra sensorial que no está exento ni de la intromisión de instrumentos como los violines en “Ricochet”, acumulando esos puntos llenos de originalidad a los que hacíamos mención y llevando esa expresión dinámica a un universo versátil sumamente atractivo.
Un tema como “Shapeshifter”, no solo es un disco del mismo título sacado por la propia discográfica de unos vecinos de estos músicos hace algunos años, también son minutos dónde presentar ese cúmulo armonioso que nos guía a través de la elegancia más melodiosa de los alemanes, dentro de las tendencias más tradicionales y setenteras. “Anabranch” tiene en su baza la exposición de los mejores riffs del álbum y esa incansable búsqueda en la diversificación de estilos, que hacen de cada excursión de los alemanes un planeta inhóspito por explorar. De igual manera, esta lisergia no se agarra a ningún tipo de patrón a seguir como buenos improvisadores metidos hasta el tuétano en el firmamento del progresivo. Con esto, entra de lleno un estupendo entrante como es “Oars”, en dónde esa psicodelia progresiva toma velocidad de crucero, con elementos sinfónicos en su haber y el impulso de una banda que se agarra a esos largos segmentos instrumentales para expresar su mejor marca.
En uno de esos trabajos al que se exige su escucha detenida y plácida para involucrarnos hasta el fondo de su cometido, “High Tech Low Life” es toda una montaña rusa de lo más expresiva como entrega más ambiciosa de la banda hasta la fecha. Producción y ese citado virtuosismo son sin duda dos de las mejores prestaciones para el avance de estos alemanes, en esta primera toma de contacto con Buddha Sentenza, como gran revelación para llevar a las masas en este 2023.
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