Inche Kai Che, una creciente sombra desde las remotas tierras del valle de Curicó
Nos hemos perdido un tiempo dentro de las muchas proyecciones que siempre vienen bajo la constante oleada de bandas provocadas desde el underground trasandino del país chileno. Dos ofertas suyas se nos vienen encima en los próximos días, siempre enfocadas bajo la más estricta recomendación de un perro viejo en esto como es Roberto Fuentes, viejo colaborador de nuestro umbral psicodélico y posiblemente uno de esos elementos que hacen que ese mencionado escaparate chileno tenga sus mejores ofertas proyectadas desde su propio grupo de Facebook, Stoner Doom Manifiesto.
En este caso, la primera de esas ofertas viene bajo la inspiración del heavy rock psicodélico, rico en nutrientes, en la aportación de los músicos de Curicó, Inche Kai Che. Hay una fuerza sustancial provocada tras los muros implantados en la huella plasmada por este combinado de 4 cabezas pensantes. Una banda que no se aclimata a una etiqueta en cuestión, sino que lleva esta cabalgada desértica a través de las corrientes en muchos casos del mejor heavy blues, y sus muchas contribuciones a los solos explosivos. 
A todo esto hay que añadir esa fascinación por el marco del stoner más primtivo, transmitido en multitud de ocasiones en este homónimo debut.
Hay mucho momentos dónde esos ecos resonantes de Inche Kai Che, nos dan diversos ejemplos de su enriquecedor mundo sonoro. Una valiente pista como es “Atemporal” dan fe de un marca progresiva, de su forma de venirse arriba en la esquemática de sus composiciones. Por otro lado, también hay tiempo de viajar por términos más profundos como la cautivadora “48 horas Sin Dormir”, como una esas fábulas cargadas de crecimientos instrumentales.
La visión expansiva de Inche Kai Che tiene un largo abanico de ramificaciones dónde manifestar su enorme composición. Evidentemente, estas atmosferas contemplan bellos parajes en un cierre como es “Pantano”. Sin embargo también tenemos tiempo para guiarnos a través de esa fuerza impulsora que es el heavy blues y las doctrinas sagradas más propias de la mano maestra de Iommi en “Río Arriba”. Si con todo esto no tienes suficiente el primer tramo del álbum ofrece descargas mucho más directas y bocanadas de aire caliente provenientes del desierto que tiempo después veremos en la genial “Incompresión”, navegando entre sus muchas reverberaciones.
Ejemplos que a simple vista agudizan las muchas proyecciones de Inche Kai Che, y los ingredientes que pueden respaldar lo que hoy es un debut notable, en algo mucho más prometedor con el paso del tiempo. Los elementos están ahí, la dirección es la correcta, y navegando entre océanos de bravura, el barlovento siempre viaja a su favor para llevar ese empuje desde atrás, hasta las paradisíacas tierras de algo desconocido pero totalmente seductor.
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