Iron Monkey – “Spleen & Goad”; Rock’n’roll para primates enajenados…
Conectando el modo destrucción, la vuelta de Iron Monkey para este 2024 eleva nuestros estímulos hasta la troposfera, sube las apuestas tras un regreso triunfal como fue “9-13” (reseña aquí), desde 2017, completando así, siete años de proceso a fuego lento para el recibo hoy de este nuevo martillazo que es “Spleen & Goad”.
El mismo vuelve a jugar las mismas cartas, implorándose en Relapse Records como ese eco devastador para dar reconocimiento a la muchedumbre de su nueva matanza sonora. Sludge puro y sin paliativos, recordando que son una de las autonomías del género no solo desde terreno británico, sino como grandes exportadores internacionales.
Hablar de Iron Monkey para este género es hablar de auténtica veteranía desde todas sus perspectivas. La leyenda ha vuelto, confirmando no solo su poderío, sino que el afán de su Jim Rushby es el mejor recurso para suplantar a un icono como Johnny Morrow. Lo mejor de todo es que no parece que el paso de los años, ni muchos menos los cambios de alineación, afecten el sonido de la banda, la hostilidad sigue triplicando su contingencia y esta nueva encarnación hace que el sonido de Iron Monkey, perpetúe entre la muchedumbre nauseabunda.
Con ese contador que nos lleva a gotas de sudor despreciable, pocas veces unas canciones pueden expresar tanto odio. Siempre bajo ese rugido característico de una banda que conmemora con este nuevo “Spleen & Goad” el 30 aniversario desde su fundación en 1994.
Este segundo encuentro, dentro de esta versión 2.0 de la banda, se aproxima con toda su mezquindad a esos años 90 dónde el cráter dejado por Iron Monkey pasó a los anales de la historia del género. Evidentemente, el empuje de Jim Rushby traspira ese desprecio, pero a diferencia de “9-13”, aquí la explosión no solo es mayor, también añade la profundidad suficiente para entender que la experimentación superficial de la banda, conlleve con temas más largos en sus minutos.
Desde ese grado mucho más angular, el sludge deja esos momentos inquietantes en las densidades de “Off Switch” en base a esos ritmos lentos de enorme crudeza. Por su parte temas como “Misanthropizer” es un tema insignia de su estilo más peculiar. Suciedad y esa actitud macarra van de la mano, esa retroalimentación nos deleita en este desfase que tiene continuaciones prósperas como “Rat Flag” o esas ráfagas más veloces mostradas en la similar “Lead Transfusion” y llevarnos a esa mencionada visión cercana a los 90. El riff inicial de “Concrete Shock” hace temblar los cimientos de este 2024.
Son ellos, son Iron Monkey, no aceptan imitaciones, son únicos en su especie y ese maltrato sonoro solo cae bien al más enfermo de la manada que baila entre una muralla de amplificadores. El nuevo “Spleen & Goad” es esa salvajada del 2024 que veíamos acercarse por el horizonte en las previas de promoción. Conforme a las expectativas mostradas, la vuelta de Iron Monkey se reafirma como un ejercicio atonal y una definición brutal y despiadada, chocando contra los muchos principios de la raza humana y descendiendo en esa pendiente anarquista como gran grito de rebeldía.
Rock’n’roll para primates enajenados, como todo un puñetazo que atraviesa paredes de hormigón y devuelve la alegoría de su legado.