Kaskadeur – “Uncanny Valley”; La extravagancia como el mayor de los conceptos…
“Uncanny Valley” es el esperado nuevo álbum de estos recientemente nombrados como Kaskadeur. Lo que tiempo atrás se les reconocía como Stonehenge, y facturando dos discazos como fueron “Bunch Of Bisons” (reseña aquí) y el posterior “Mild Thing” (reseña aquí), inician ahora una nueva etapa sin dejar de lado los principios por el que les han llevado a un reconocimiento para transportarles a lugares de mayor distinción.
Supongo que al menos eso, será uno de los principales objetivos para “Uncanny Valley”, y es que el cuarteto, de formación original, sin cambios en su haber, vuelve nuevamente a esos terrenos del progresivo, guiños al rock stoner, y por supuestos esos elementos funk, plasmados tanto en su sección rítmica como en su teclista Johannes Walenta, todo un showman dentro de este festival siempre proyectado en las composiciones de Kaskadeur.
“Uncanny Valley” sigue la tangente ascendente para el combinado de Postdam. Complejo en su escucha, compuesto bajo el guion más retorcido del rock progresivo, y el alarde siempre eficiente de su guitarrista Enrico Semler, también la voz de Kaskadeur.
Detalles a destacar de su nuevo y tercer trabajo, (sí, no me vale eso de que tener nombre nuevo este es su primer disco, hay que respetar la discografía de estos tipos porque tiene un valor inmenso), pues sobre todo la composición en las canciones de sus dos cerebros, cayendo estas labores en su mencionado teclista y el batería, Ole Fischer. El mismo Walenta se encargó del artwork exterior de “Uncanny Valley” y un sello como Noisolution es quién dirige las funciones de distribución de este ejemplar a pedir de boca desde ya, para todo amante del progresivo más reciente.
Eso es básicamente lo que yo considero a una banda como Kaskadeur, puro rock progresivo de la última oleada más contemporánea. Llevando sus principios, muy rítmicos ante todo, en la increíble labor de Fischer en los parches (posiblemente su mejor contribución hasta la fecha), y sobre todo, como Kaskadeur saca el jugo de todas sus composiciones con un veneno adictivo, que al fin y al cabo, y visto su bagaje, es el as que guardan bajo la manga.
Kaskadeur es una banda enfrascada continuamente en la versatilidad, llevando una cruzada de estilismos que hacen de sus composiciones verdaderos laberintos interminables. Desde el kraut, pasando por el jazz, la psicodelia, la base progresiva, los riffs stoner, y todo empapado por muchos momentos funk que es imposible que pase inadvertido.
A diferencia de sus predecesores, “Uncanny Valley” nos lleva a una serie de interludios como antesalas a las canciones principales del redondo. Aquí, los alemanes logran una ambientación idónea que nos aclimate al clímax posterior, dónde reina el trance auténtico de Kaskadeur, bajo su marca más reconocida.
Nuevos elementos sobre la complejidad esquemática de Kaskadeur, en la que posiblemente considero de sus 3 lanzamientos, a este “Uncanny Valley” como el más jazzístico de todo, y esto le da un mayor atractivo al redondo. Innovación en muchos aspectos, y un gran paso al frente, en esta segunda época de la banda sigue sin haber un techo que les venga a detener y siendo siempre tan efectivos como esa caja de sorpresas que no deja de entretener.
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