“La Fuerza” apostando a la progresión de Mar Lunar
La música es el fiel reflejo de la personalidad que puede tener un artista, y en este caso la experimental psicodelia es esa expansión como deseo de alcanzar nuestra mirada hacía territorios inhóspitos que hagan de cada verso que escribimos, de cada estrofa que componen, una fábula mística propia de aventurar al oyente desde una misma perspectiva surrealista.
Una banda como Mar Lunar hay que verla desde este prisma, con ese particular rock retro y esa marca de los 70 en muchos aspectos de las tantas bifurcaciones que cruzan su multitud de variantes, pero también acogiéndonos en esa zona de confort blues, a galope de órganos y una brillantez técnica para adornar todo este entramado de ideas.
En el amanecer de 2021, pudimos verlo con su estreno homónimo (reseña aquí), en lo que era una pequeña antesala como inmejorable carta de presentación. La escena chilena sigue dando sus frutos, independientemente del género es verdad que son pocas las que caminan por este sendero, por eso una banda como Mar Lunar les hace profundamente excepcionales con un trabajo como es “La Fuerza”, un disco que sin duda debería abrirle las puertas de una mayor y mejor proyección.
Un estilo emocional caminando en paralelo sobre los sueños que aquí se plasman, su nuevo lanzamiento se abre desde un formato más expansivo, por el que aventurarnos más en ese largo margen de maniobra que tienen los músicos de Curicó, acongojados en esas verdes praderas prácticamente transandinas.
Mayormente, “La Fuerza” como su nombre bien indica, proviene de una expansión sonora de la propia banda que se puede ver definida en la longitud de sus propias canciones si ponemos las comparaciones con su predecesor. A partir de aquí, los chilenos tiran de esa innovación en sus funciones con pistas bastante atractivas como ese tramo final en “Concordia” o “Flor De Loto”. Los largos desarrollos se abren como venas dónde el ADN de Mar Lunar circula a bordo de todas sus influencias.
El encuadre deja un estilo que llevando esa connotación más vintage, sabe enlazar bien en los segmentos más alternativos. El resultado final es la continuación perfecta de lo que fue un homónimo trabajo de hace tres años, que aquí lleva un itinerario más experimental y ese dinamismo abierto a la complejidad de un distinto rock progresivo muy diversificado, de más personalidad y alargado en esa naturaleza de la improvisación a las jam sessions.