Mount Hush y su cabalgada aventurera con el nuevo “II”
Mucho tiempo llevamos bajo el arropo del caleidoscópico blues de una misteriosa banda como Mount Hush, escondidos en alguna parte de los montes alpinos, en esa triple frontera entre Italia, Suiza y Austria.
Habría que remontarse hasta el 2015 cuando los descubrimos con aquel “Low And Behold” (reseña aquí), como una de las tantas propuestas que nos dio nuestro estimado Roberto Fuentes de Red House Producciones por aquellos tiempos.
El monstruo fue creciendo y ese moderado heavy psych de claras inclinaciones atmosféricas en muchos casos, siguió su curso bajo algunos lanzamientos venideros que nosotros mismos narramos en esta misma casa, hasta llegar a su esperado debut larga duración. Esto ocurrió a las puertas de una pandemia que nos esperaba a la vuelta de la esquina unos pocos días antes del colapso planetario. Aquella banda sonora de remanso y paz, transmitía unas sensaciones balsámicas en forma de homónimo trabajo (reseña aquí) lanzado de forma independiente por la propia banda.
De igual manera, en pleno 2024 se presenta con su nuevo “II”, continuando en esa senda en el que sus vibraciones más oscuras,siguen definiendo esos contrastes blues, tan familiarizados en su panel de sonidos con pistas como “Golden Sun”. El cariño y la dedicación con la que miman sus canciones, es todo un escaparate en este segundo acto de “II”.
La insistencia en seguir explorando nuevos horizontes nos inunda del mejor fuzz reverberante. La experiencia en sí nos zambulle con “The Hunt”, un corte que nos mete de lleno en esa espesa arboleda, dónde el tenue resoplido de sus guitarras conectan con ese heavy psych multicolor. “Celestial Eyes” tiene un enfoque algo más pesado pero igualmente adictivo.
El hipnotismo de Mount Hush derrocha paisajes atmosféricos que los músicos van dibujando en su excelente tapiz. “Blues For The Dead” trae algo de oscuridad al registro y a su vez ciertas líneas melancólicas en sus armonías para adoptarlo como una de esas tantas exploraciones de la banda llevadas a la propia experimentación.
En lo que se refiere a su propia sonoridad, “II” es un disco que va mutando en crecimiento. Desde el principio hasta su fin, en ese mismo transcurso, Mount Hush se adentra en territorios inhóspitos con ese entusiasmo aventurero del género psicodélico a la hora de experimentar. Me encanta la parte final del redondo con canciones como “54”, con elementos novedosos como la flauta entrando en su esquemática compleja, basando sus líneas en crecimientos prácticamente instrumentales dotados de una notable ambientación. El cierre con “Blood Red Sky” ahonda en su lado más fuzzeado. Minutos finales aplicados a una mayor intensidad que sobrevuela esa parte final del trabajo.
Nueva cabalgada para disfrutar de otra aventura por parte de Mount Hush. Claramente empujados por ese afán de las reverberaciones, el universo de variantes que produce el heavy psych y esa densa bruma que se arremolina sobre nuestras cabezas adoptando el trance apropiado. El nuevo “II” vuelve a llevarnos a un nuevo ascenso propia de resultar fascinante para el mayor de los trotamundos.