Mount Soma – “Nirodha”; Entre gigantes de arena…
Para un estilo tan pesado y de naturaleza ancestral como puede ser el stoner/doom, gestándose por multiplicado en los últimos tiempos a través de multitud de bandas, siempre debería ir acorde una buena voz, algo mayúsculo, con presencia y con la suficiente fuerza como para contrarrestar el asedio instrumental que lleva tras de sí.
Cuando di las previas del nuevo EP de Mount Soma hace casi dos semanas con su primer avance, sentí un regocijo en mi interior, de esos que poco a poco me va convenciendo, casi que trasladándome una década atrás, en aquel 2009 y el imponente debut de Shrinebuilder. Amigos en la distancia, si son leales al sonido de aquel supergrupo creado tiempo atrás, Mount Soma les va a alegrar el día.
A pesar de que este nuevo “Nirodha” va a antojar mucho más las ganas de escuchar un larga duración para estos irlandeses, el segundo EP del cuarteto de Dublín, está justamente a la altura de las expectativas, vomitando todo esa distorsión caracterizada por el pesado género, llevando en su estilo a los oídos de los más incondicionales.
Adentrándonos en su fauna salvaje, podemos notar la diferencia con respecto a su primer “Origins”, un disco más progresivo en algunos aspectos, pero destacando mayormente una producción inclinada más al sonido pesado. En este aspecto, es dónde se descubre este portento de banda, es como si aquel 2009, el comando Kelly, Cisneros, Wino y Crover, nos volvieran a refrescar la memoria con la inmensidad instrumental de “Dark Sun Destroyer”. Por momentos incluso me recordó a “Orb Of The Wizardking” de Egypt, el magisterio de abominables riffs va estrictamente regido por la potente voz de Brian Killoran. Mayúsculo lo de este hombre en las 3 pistas del EP. Mount Soma levanta esa fortaleza de celestial distorsión construyendo toda una base stoner/doom, memorable en sus altos decibelios.
Las conjunciones de la banda con el espacio exterior, son otro de los baluartes en su estilo. Esto se puede ver en los compases iniciales de una más experimental “Resurfacing”, como cierre del corto. La clausura del álbum evidencia sus influencias, desde Sleep, pasando por los mencionados Shrinebuilder. Mount Soma se convence de crear un final a la altura en una aventura de más de 10 minutos repleta de un sonido masivo, muchas veces con el bucle idóneo conectado, y ese monstruo instrumental que vemos cómo va creciendo en su interior. No sé si es la más destacada pero si dónde la calidad de la banda prevalece y los solos de guitarra de Walsh rellenan este abismo angelical. “Emerge The Wolf”, acelera la embestida a través del endemoniado ritmo de Aaron Carroll, intento creer que por su apellido y lugar, tendrá algún parentesco con nuestro amigo de la banda vecina Venus Sleeps. Digamos que el segundo corte recoge un abrasivo sludge, dónde la agresividad de Mount Soma se multiplica. Las brutales voces de Killoran se distribuyen por diferentes caminos en el expansivo eco reinante entre gigantes de arena, y la crudeza de la rítmica de Brian y Keith Walsh en sus mástiles de 6 cuerdas, sumado al bajo de Conrad Coyle, destrozan el ambiente a través de un rodillo de canción.
Potentísimo EP el de los irlandeses que ya en su día lo catalogué como lo más parecido a 50 litros a la espalda de fresca Guiness, cuánta razón tenía… Prepárense para uno de los platos del mejor stoner/doom recibido en este 2019. Una muestra salvaje y voraz para prosperar la metamorfosis de Mount Soma con su segundo EP. “Nirodha”, es una bestia salvaje de la que pocas veces puede aturdirte de tal manera, en tan poco tiempo. Con una producción mucho mejor, e idónea para el estilo, los de Dublín se posicionan prometedores con solo dos EP’s hasta la fecha. Sigo diciendo que el larga duración se echa mucho en falta cuando termines de escuchar su segunda entrega.
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