Múr, un estreno de superlativas atmosferas…
Dentro de la increíble diversidad oculta en el metal contemporáneo, sea posiblemente con los lazos atmosféricos dónde encontremos los conceptos más vanguardistas. En “La Habitación 235”, ese portal abierto a sus muchas revelaciones, siempre estamos pendientes desde nuestro correo lo que asome por el radar, recomendaciones varias o el simple boca a boca entre conversaciones con amigos. Aquí es donde entra en juego el factor de una banda como Múr y la posterior manifestación que ha suscitado en mi persona en los últimos días.
Antes de llegar a un viernes dónde los dominios del rock más exótico y sus tendencias sureñas nos traigan a nuestro DISCO DE LA SEMANA, el metal creativo y las tantas personalidades que han recogido un 2024 que va a cerrarse como de los mejores de los últimos tiepos dentro del segmento sludge/ post metal, la última tentación llega bajo este estreno del quinteto islandés llamado Múr.
Con una capa al death más atmosférico, Múr debuta a lo grande con este lanzamiento epónimo dónde radica sus mejores intenciones dentro de esa muralla enriquecedora de brillantes secciones instrumentales y una voz poderosa como la de Kári Haraldsson.
Hasta la gélida Islandia viajamos para descubrir este nuevo proyecto, intenso, virtuoso en sus funciones y con un margen de operaciones inabarcable para explotar con solvencia la destreza de estos cinco músicos.
Desde su propia capital, Múr nos asalta con este debut distribuido por un sello de renombre para el género como es Century Media. También es verdad que el disco tiene dos caras (como todos no?) No, no me refiero a eso… La primera cara tiene temas directos, con una gran abundancia en los teclados de acompañamiento, dotando ese ímpetu atmosférico por temas de mucha estridencia. La última parte del disco conserva los temas más largos del álbum y por lo tanto, mis favoritos.
La experimentación de Múr como mejor escaparate en temas como el single “Heimsslit” o ese cierre estratosférico con “Holskefla”. Las guitarras de Árnason y Ragnarsson se apoderan de esa furia desmesurada de Múr en su embestida post metal. El clímax que deja la parte final del disco es prácticamente masivo, dónde se puede ver el resplandor de sus composiciones, contrarrestadas por temas como “Messa” o “Vitrun”, y el gran trabajo de las guitarras sumado a ese juego que dan los sintetizadores.
Múr se presenta con una banda dónde ese sludge/post metal se baña muchos de sus derivados electrónicos con la repercusión de sus ambientaciones visionarias. Desde el principio van a desmarcarse por no ser otra banda más del género y esto en una banda tan joven como ellos, es muy prometedor.
Ideas a raudales, esta luminaria creativa se presenta como la enésima revelación de un próspero 2024 con unos islandeses en la cresta de esa ola al post metal innovador más reciente. Su estreno tiene una personalidad superlativa y una presencia arrolladora que devorará a las masas.