Ruff Majik – “Elektrik Ram”; Curvatura de excentricidades…
Corría la primavera del 2019 cuando de repente una banda llegada desde un territorio prácticamente vírgen para esa batida de bandas que hemos llevado a cabo durante más de una década salía en nuestro radar desde territorio sudafricano.
El debut titulado “Tarn” (reseña aquí) para una banda como Ruff Majik, daba algo de refresco al género pesado, pero también al psicodélico y progresivo, ya que si hay algo que es innegablemente cierto, es que los músicos tienen ese estilo romcabolesco para hacer de sus lanzamientos todo un frenesí auditivo lleno de esa cultura pulp y esa alternancia en sus estilos, dando ese enfoque totalmente original en su marca.
Con el tiempo la banda y mayormente su líder Johni Holiday, se ha ido asentando en el viejo continente y estrechando sus lazos para contratar los servicios del teclista/guitarrista Evert Snyman, quién daría un contexto más pintoresco con una segunda entrega como era “The Devil’s Cattle” (reseña aquí).
La mutación sonora de Ruff Majik, definitivamente con campamento base en la alemana Cottbus se presta en el nuevo “Elektrik Ram”, el tercer encuentro para describirnos un poco la parte más enfermiza a la que ha estado sometida su mencionado líder en tiempos de pandemia e ingresos en el hospital por agorafobia y trastornos hacía el estrés postraumático.
Muchas de esas caras que veía en las paredes blancas del hospital, son el contorno que se dibuja en el nuevo “Elektrik Ram”. Un estado de sanación para traer de vuelta al mundo de los vivos al bueno de Holiday, usando todos esos fantasmas dibujados previamente en bocetos, y convertirlos en la base de este nuevo trabajo.
Evidentemente, el experimentalismo de la banda va a más con el nuevo álbum. Las excentricidades se multiplican llevándonos por esa curvatura de estilos, propios de un crossover teñido de ese contexto gótico en todo su decorado, pero haciendo de su experiencia algo refrescante en cada uno de sus lanzamientos.
Creo que es algo que Ruff Majik tiene puesto como uno de sus más directos principios. También es verdad que todo ese fuzz de entregas anteriores se ha perdido, por lo que ese carácter stoner poco a poco va desapareciendo de sus texturas, llevando esa expansión hacía su expresión más significativa.
Un ecosistema que es arrebatador y artístico al mismo tiempo. Su baño de sintetizadores, el enriquecimiento de sus capas melodiosas, la espiritualidad de todo el firmamento multicolor que brilla en “Elektrik Ram”, llena de ese carisma los escritos de Holiday en el álbum. Te da a entender perfectamente como el prolífero artista estaba perdido en el más allá, adueñado de ese estado psicodélico bajo el consumo de diversas sustancias. Este periplo se vive con entusiasmo y transparencia en un “Elektrik Ram” arrogante, de cierto carácter setentero, totalmente intimidatorio, pero también con esa rareza imaginaria, cargado de coros venenosos, listos para hacernos volar en sus próximos directos, y esta sombría conducción entre lo funesto, lo caótico y esa llamada de su atractivo más característico.