Snowchild – “II”; Instinto de superación…
Stoner / Doom Metal
Lo nuevo de Snowchild viene con ese factor sorpresa de improviso en su vuelta pero a su vez añorado tras dejar un magnífico debut como fue esa primera entrega (reseña aquí) titulada “Age Of Change”, hace 6 años atrás.
Como ellos mismos describen, el martillo doom vuelve asestar su inmenso cráter desde las entrañas de Wichita, y para la ocasión y bajo el respaldo del sello Kozmik Artifactz, desde el pasado día 9 se presenta a las masas este nuevo “II”.
El disco ha tenido sus problemas desde un principio, pero eso no quita que dicho mal haya sido para un bien mayor, y es que después de haber sido grabado dos veces, al perderse todo el material producido a través de uno de esos estúpidos hackeos sin sentido, Snowchild regrabaron una mejor versión del mismo de la que ahora se sienten aún más orgullosos.
Todo esto se encapsula en un marco de 8 nuevas canciones para el resurgimiento de Snowchild, llevando esa mezcla efusiva hacía las eternas huestes de Birmingham, tan espeso como el barro pero cristalino como la superluna.
El mejor doom de matices psicodélicos para la vuelta de los norteamericanos en los instantes finales de este 2022, con ese timbre vocal de enormes semejanzas al dinosaurio Ozzy, liderados por el también bajista de la banda Larry Donaldson. A partir de aquí, estos arquitectos son capaces de adoptar esas atmosferas totalmente intensas pero también basándolas en unos planos mucho más ambientales que su predecesor.
Las nuevas composiciones vuelven a abrirse al marco creativo de Snowchild, que no duda en asaltar con la dureza de los riffs de Dustin Roberts en canciones como la destacada “Parasite”. Durante sus casi 10 minutos vemos el manifiesto más ambicioso de la banda en este “II”, viajando con ese espíritu más aventurero que no deja de mirar a las muchas influencias que aquí se exponen.
Por lo demás, “II” cuenta con ese doom tétrico en canciones como “Blacklight”, sus impulsos más envolventes en los instantes finales del mismo con pistas como “Descent”, o inicios que dan cabida a los marcos más psicodélicos, en los que llevar esos meandros estilísticos a sus toques ambientales de “Ascent”. La influencia de los británicos es nuestro gran compañero de a bordo, levita en todo el desarrollo de “II”, se puede trasparentar en “Megalith”, y arrollarnos a través de corrientes progresivas que siempre tienen ese atractivo de adentrarnos en los matices más progresivos.
La vuelta de Snowchild es fantástica, algo más experimental, pero siguiendo las bases de su álbum debut, más innovadora también. Digamos que es un desarrollo obligatorio para llevarnos a las diferentes excursiones de los norteamericanos. “II” mantiene viva su mejor esencia stoner/doom y hace del nuevo álbum de Snowchild un instinto de superación para el power trío norteamericano que esperemos no tengamos que esperar otro largo tiempo para ver una nueva entrega de unos tipos que regresan por todo lo alto.
