Sun And Sail Club mete la directa con el infierno desatado en “Shipwrecked”
Podríamos llamarle una súper banda y estaríamos en lo cierto. Unir bajo un mismo proyecto a los dos Scott Reeder (el de Kyuss y el de los Fu), un incombustible como Bob Balch y la de formaciones que ha acaparado en los últimos años, sumado a la voz de The Adolescents con el bueno de Tony, dan para una fiesta alocada como es “Shipwrecked”.
Un título bastante sugerente si queremos definir el sonido de este disco. Un atropello en toda regla que te pasa por encima varias veces, y es que lejos queda aquel “Mannequin” (reseña aquí) con el que debutaron como proyecto hace más de una década atrás y esa característica de usar voces en vocoder en medio de su descarga pesada.
Poco después llegaría “The Great White Dope” materializando ese sonido infernal de la banda que dejaba tímida pero poderosa una intimidación al punk californiano que definitivamente en el nuevo “Shipwrecked” libera todas las cadenas.
Un disco infernal, frenético, cargado de la agresividad más punzante de la banda hasta la fecha. “Shipwrecked” no hace prisioneros y cuando una intro de corte jazzístico prácticamente como “Just Friends” nos alerta de la apertura al regreso de los californianos, es dónde comienzo un asedio sin tregua con “Halcyon”.
Olvídense de que por sus carreras aquí tengamos una nueva vista al stoner rock, el desierto y sus muchos elementos. Es posible que vaya en el ADN de ellos pero “Shipwrecked” va mucho más allá, poniendo otras tantas influencias de los norteamericanos sobre la mesa y el atrevimiento más que intencionado a ritmo de vértigo del nuevo “Shipwrecked”.
Una saturación como próspera vuelta que enseña el lado más sucio y de alguna manera, algo más pesado del punk rock fomentado por Sun And Sail Club. “Shipwrecked” es una bofetada con mano arenosa, en este desenfreno de disco que mete la directa de este esperado regreso y estos súper-protagonistas para hacernos disfrutar de este desfase punk imprevisto, pero glorioso.
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