“Sunrise On Slaughter Beach”, la solvencia como mejor empresa para Clutch
No es propio que un álbum de Clutch se presenta en nuestra web un lunes, quizás eso pueda ser un alerta de la pedazo de semana que se nos viene encima para contar lo sucedido entre las últimas novedades.
Dicho esto, creo que a día de hoy quedan pocas preguntas que nos hagan dudar de las peripecias de los chicos de Maryland, un cuarteto que posiblemente goce de una de las discografías más potentes del género, amena en todos los sentidos y vitaminada con esa gasolina que ahora llega para proporcionar un nuevo incendio con su décimo tercer trabajo, “Sunrise On Slaughter Beach”.
Para la ocasión, los norteamericanos invitan a esta nueva sesión a las coristas Deborah Bond y Franchell “Frenchie” Davis para dar más color al nuevo álbum, un disco potente, como todos los de Clutch, destacando diferentes vertientes enérgicas cargadas de esa cruzada estilística, siempre bajo el miramiento más expansivo del cuarteto, pero también llevando esa armonías archi-reconocidas para disfrutar de una nueva fiesta.
Con tantos y tantos sucios riffs, la música de Clutch siempre es sinónimo de garantía con atascos que se extienden hasta sus elementos más espaciales en “Skeletons On Mars” o esas partes más sombrías proyectadas en “Mercy Brown” con la inclusión de ambas coristas, vigorosas en la unión de la particular voz de Fallon. Cierta espiritualidad tiñe de conceptos un disco como “Sunrise On Slaughter Beach” en los compases de “Nosferatu Madre”, mientras que otras como “Red Alert (Boss Metal Zone)” o “We Strive For Excellence”, impulsan con los minutos más familiarizados al sonido de Clutch.
Con todo esto, las sorpresas siempre ha sido uno de los acompañantes a bordo de cada novedad en los discos de la banda, y aquí tampoco fallan a su cita. En este caso, la mencionada “Mercy Brown” puede adoptar las rarezas de este álbum unidas a las de su cierre con “Jackhammer Our Names”, manteniendo ese semblante de oscuro western a su paso.
Tampoco pierdan de vista canciones como la que da origen al título del disco, llevando ese crujido melódico que sigue floreciendo el jardín de una banda como Clutch y estos nueve nuevos actos que traspasan algo más de la media hora.
A pesar de bajar un poco los tiempos, el experimentalismo de sus tiempos medios se une perfectamente en su discografía con “Book Of Bad Decisions” como su anterior trabajo. Evidentemente no pasarán por sus mejores trabajos en una discografía más que solvente, pero sí siguen dejando de manifiesto que la música de Clutch, dentro del ámbito claro, es de las mejores empresas a las que agarrarse a una formación llena de recursos que jamás deja de sorprender, así como tampoco de decepcionar aunque sean discos fácilmente olvidables en comparación con los titanes de su carrera.
