“The End Is Near” desata el apocalipsis de Nothing Is Real
“Transmissions Of The Unearthly” (reseña aquí) fue una de nuestras grandes sorpresas del pasado curso, tanto así como un logrado tercer puesto (ver lista aquí), nos hizo meternos en ese universo cargado de tinieblas y una atmosfera atemorizante orquestada por su líder Nicholas Turner.
Prácticamente un año después, repetimos en este nuevo ritual proyectado por el músico multi-instrumentista norteamericano, quién esta vez le acompañan los baterías Jeremy Lauria y Jared Moran para su nueva función titulada “The End Is Near”.
Un universo estilístico y versátil dónde cruzar varios géneros en las 11 nuevas canciones de este nuevo registro del proyecto angelino, con claros mensajes subliminales hacía el apocalipsis final en sus nuevas citas.
En un planeta insostenible por su curso actual y creciente de problemas directo a su desfiladero final, “The End is Near” prevalece en la naturaleza del daño irreparable, dónde todo principio tiene su inevitable final y en el que musicalmente hablando, ese contexto que incita claramente a un marco progresivo, tiene los vestigios del sludge y el black en sus puntas más extremas.
También es verdad que la definición del mismo tiene un semblante tradicional en sus canciones, y aunque los edificantes riffs, a veces con más groove y otros más fangosos, construyen la larga columna sonora de Nothing Is Real, la ambientación de sus sintetizadores consigue crear atmosferas macabras dentro de la propia demencia de ese generador de ideas que es Nicholas Turner.
Dentro de complejos que no deja de lado su inclinación más espeluznante, el disco, cargado de muchos interludios para acongojarnos a su oscuro clima, tampoco deja de lado esa faceta doom desde sus superficies más psicodélicas. Algo que sin duda hace ganar en personalidad a “The End Is Near” y prácticamente rozando con texturas noise, el dúo conforma actos de extrema crudeza en los riffs de guitarra con la variante “END”, anclada en mitad del set list. Esta es una pista que resume perfectamente la naturaleza de este proyecto. Enfermizo desde sus muchas facetas, vemos como esas inyecciones de black extremos y melodioso, se entrometen en un mar de medios tiempos y continuos giros de guion.
Incluso esa propia locura que nos lleva a los títulos de su propio tracklist, te dan a entender que es en los segmentos de “THE” o “NEAR” en sus actos más largos es dónde se aguarda toda la artillería pesada de Nothing Is Real. Cierto, más extremos en muchas facetas que su entrega anterior, pero rubricándolo con esa mística surrealista y tenebrosa. Al final, tenemos la culminación de una obra virulenta, dónde el mal reina entre matices sombríos y sus cáusticas descargas nos llevan a esa mencionada diversificación en los terrenos musicales para prevenir el apocalipsis inevitable.
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