Beastwars – «The Death Of All Things» (2016)
Post Metal / Sludge
Si hay una isla dentro de este planeta capaz de obtener las mejores vistas del mundo, esa no es otra que Nueva Zelanda. Un gran atolón divido en dos grandes arrecifes enriquecido de verdes valles, nevadas cordilleras y el gran azul del que se rodea formando una de las partes más bellas del planeta azul. Esto mismo puede pasar con uno de sus hijos pródigos, Beastwars, formación que este 2016 cumple su primer decenio como proyecto con tres discos de estudio hasta la fecha y por supuesto su consiguiente regreso y continuación de aquel atroz “Blood Becomes Fire” (reseña aquí) que nos dejaron en el 2013 totalmente aturdidos.
Si me dicen que Beastwars son de otro lugar que no sea Nueva Zelanda, jamás les creería, la banda es capaz de adoptar esos diferentes paisajes que ofrece su tierra natal y traducirlo en sus composiciones. “The Death Of All Things” es esa metamorfosis que vemos cómo va trasmutando dentro de sus 40 minutos clavados. Los neozelandeses no necesitan más para arrojarte un puñado de intensidad y buenos tintes atmosféricos en este tercer largo suyo.
Beastwars siempre han sido portadores de llevar esa ambientaciones post apocalípticas en sus piezas y quizás sea en este “The Death Of All Things” es dónde alcancen su estado más catatónico, como una visión de Neurosis inducida por ese binomio de post metal/sludge que plasman en esta, su nueva obra.
Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, Beastwars tristemente se les puede considerar casi unos don nadie más allá de las fronteras de sus tierras australes, pero eso no quita el empeño que llevan dando durante estos 10 últimos años, ni que decir tiene esos 3 pedazos de discos que apuntalan con fuerza su corta pero provechosa discografía y tampoco se nos puede olvidar mencionar todos esos conciertos dados en Nueva Zelanda dónde promueven a las masas como si las mismísimas placas tectónicas se movieran debajo de nuestros pies. Una banda que rinde honores con plenitud a la palabra underground, carne fresca para la muchedumbre que mucho me temo que coronará esta joya del 2016 entre lo mejorcito de sus listas y es que cuando el río suena, agua lleva, y Beastwars son un ejemplo perfecto para esta frase.
Lo primero, hay que caracterizar la voz de su cantante Matt Hyde, más entregado que nunca demuestra su fuerza a los micros en este nueva entrega desde la inicial “Call To The Mountain”, esa llamada al corrimiento de esos Alpes neozelandeses quiénes escuchan esa llamada para explotar candente lava musical como respuesta. Otro de los puntos destacables del disco es quizás esa falta de agresividad vista en su predecesor, dónde se libraban un millar de carnicerías para dar paso a un disco mucho más reflexivo. Beastwars seduce en este “The Death Of All Things” y eso lo sabe bien la sección rítmica comandada por James Woods (bajo) y Nathan Hickey (batería), suyos son muchos los momentos dónde imploran esa recarga de batería que acaba estallando en tormenta sónica gracias al dúo entre Clayton Anderson (guitarra) y el frontman Matt. Cuarteto de alucine listo para recrear al firmamento.
Los detalles de “The Death Of All Things” son incontables, típicos de una banda que pide a gritos su reconocimiento mundial de una vez por todas. Desde el magnífico trote embriagador de “Witches” hasta esa muralla sónica final que descarga “Devils Of Last Night”, matrícula para su guitarra Clayton que se vuelve a graduar con honores en “Black Days” haciendo que el día se haga de noche. Incluso en una pieza como “Holy Man” dotada del mejor post muestra dos caras, la sensual, en el caso de esta sexta pieza y la incesante con “Disappear” su continuación.
Beastwars es una banda de recursos y “The Death Of All Things” es su mejor escaparate hasta la fecha para demostrarlo. Hay multitud de estados de ánimo para ofrecer en este álbum y parece que todo va a más en esa segunda parte del LP dónde llegando a su fin, Beastwars vuelve a traernos otra cálida sorpresa más en forma de interludio acústico llamado “The Devil Took Her”, la antesala del cierre del redondo con la pieza que lleva el nombre del disco.
El regreso de Beastwars es maravilloso en todos sus aspectos, hasta me atrevería a decir que este su mejor registro hasta la fecha y visto lo que nos han mostrado con los años anteriores, los neozelandeses llevan ese talento suyo en cualquiera de las aventuras musicales que se propongan mostrarnos. Para esta ocasión “The Death Of All Things” clava en lo más profundo del subconsciente de Beastwars, su desnudo queda expuesto en este tercer disco y las vísceras de estos cuatro músicos jamás tendrán un mejor sabor. Mayúsculo disco recomendado sobre todo para los discípulos del sonido atmosférico, las mayores exposiciones de Neurosis y las atmósferas apocalípticas. Su temática es únicamente equivalente a su poder musical, la unión de ambas dejan un resultado sobrecogedor.