Carlton Melton – «Night Pillars» (2021)
Psychedelic / Experimental / Instrumental
Hora de sumergirnos en esta segunda reseña de la jornada ante el empírico firmamento que surca los océanos de experimentación psicodélica por parte de Carlton Melton, uno de esos power trío abierto a todo tipo de alucinaciones en la escucha de sus discos, pero que por encima de todo, su rama más experimental penetra de lleno en sus jam sessions más distinguidas.
Corríjanme si me equivoco pero este pequeño mini-album, tal y como la propia banda manifestó el pasado mes de Mayo (ver aquí), tendría que haber aterrizado el pasado 12 de Junio a través dela discográfica de la propia formación oriunda de la costa oeste norteamericana. Por alguna razón que no entiendo, no se ha llegado a desbloquear este disco hasta los últimos días, aun así, “Night Pillars” ya está aquí para disfrutarlo dentro de toda su inmensidad.
Bajo las ideas, matices y la propia producción de su líder Phil Manley, el nuevo capítulo de los de San Francisco viene en un conjunto de 5 cortes dónde abordar esa temática instrumental y atmosférica, cargada de melodías que abren el universo más colorido y surrealista reconocido por la propia carrera de Carlton Melton.
Más allá de esas vertientes ambientales, tampoco quita que sus descargas más pesadas asomen la cabeza en momentos como los de “Morning Warmth”. Lejos de la aportación del sintetizador, entra de lleno toda la banda y la química atmosférica y en bucle que fluye entre los norteamericanos.
Sesiones oníricas, invadidos por ese efecto fuzz y una buena plaga de sintetizadores se ofrecen en este no tan nuevo material de estudio, ya que el mismo se gestó en las mismas sesiones de grabación que su último “Where This Leads” (reseña aquí). Independientemente a esto, la influencia por el krautrock en la banda, es evidente, su carrera les atesora un conjunto de matices sumamente experimentales como para ponerte en órbita. Ese semblante provoca el zumbido más peculiar y ambiental de Calton Melton en la apertura “Resemblance”, y aunque las pistas son algo más cortas para la ocasión, no quita que todos esos ritmos electrónicos entren de lleno en los momentos de “High Noon Thirty”.
Poco más de 30 minutos registrados en tiempos anteriores, pero con la misma fisonomía etiquetada por una banda como Carlton Melton. Minutos para la reflexión y la desconexión de unos tipos que siguen llevando esa materia orgánica hacia nuevos horizontes, pero siempre bajo su firma más reconocida.