Causa Sui – «Vibraciones Doradas» (2017)
“Vibraciones Doradas” cierra la trilogía de Causa Sui iniciada en 2013 con “Euporie Tide” (reseña aquí), y que tuvo su segundo episodio con “Return to Sky” (reseña aquí) en el año 2016. Un regreso en formato de mini LP con cinco trallazos en los que dejan de manifiesto quienes son.
Tal y como la propia banda confiesa, su música es pesada y pacífica a la vez. Un contraste entre la energía y la calma. Una música para degustar y saborear hasta obtener todos los matices que contiene en su interior, como si de un gourmet se tratara. La facilidad de estos prolíficos músicos para generar creaciones musicales, ha hecho que nos ofrezcan una segunda entrega de material durante este 2017, teniendo en cuenta la publicación de su triple directo “Live In Copenhagen”, en el pasado mes de marzo.
Curioso que estemos ante lo que ellos mismos catalogan como un “mini-lp”, cuando hablamos de un álbum con 37 minutos de maravillosa música. ¿Cuantos LP’s a lo largo de la historia hubieran soñado con tener ese duración? Pero eso es otra historia….
La capacidad creativa de Jackob Skott (batería), Jonas Munk, (guitarra), Rasmus Ramussen (teclados) y Jess Khar (bajo), es tal, que durante los doce años que han pasado desde su LP homónimo, han mantenido proyectos paralelos en los que desarrollar esa capacidad, sin haber mermado un ápice la consistencia de la banda, erigiéndose como una de las mejores del panorama actual.
Hace días nos anticiparon el segundo corte del disco, “El Fuego”, como botón de muestra de lo que nos ofrecían en este cierre del círculo. Un tema en el que la parte más pesada de la banda toma protagonismo al inicio del mismo, con una introducción nítida de bajo para dar el testigo a pesados, turbios, desarrollos de una hiriente guitarra, que se torna embriagadora a la vez que sutil según la llama va avivándose. Todo esto, arropado por el incesante martilleo de Jackob a la batería, marcando esos tiempos para que su música se torna dulce, bucólica, hipnótica. Una armonía que te lleva a la más absoluta relajación, creando un ambiente sosegado, como si un tranquilizante hiciera efecto en tu cuerpo. La guitarra de Jonas va creando ese ambiente, cual brisa que mece esa llama que nunca se apaga. Y que suavemente se va tornando a merced del viento durante la parte central del tema. Dulcemente acariciada por unos teclados que desde un segundo plano, le dan cuerpo al tema, haciendo que el espectro de colores se amplifique. Los golpes de batería violentan firmemente la flama, arropados por efectos espaciales hasta que es vertido un combustible en forma de pesados riffs, para obligarlo sin que esa mágica cautivadora que el fuego tiene, se pierda.
A alguno puede llamarles la atención que una banda danesa, titule su trabajo, y varios de sus temas en español, en lugar de hacerlo en inglés. La explicación me la daba el propio Jakob hace unos días: “el español le agregaba un sabor más cálido y lo hacía menos descriptivo de alguna manera, la erupción o finalización de la misma idea de alguna manera – si eso tiene sentido-“.
El objetivo se cumple ya que la música de Causa Sui, adquiere tonalidades distintas, desde una cierta frialdad, se convierte en algo ardoroso. En el tema que abre el disco “The Drop”, se deja sentir esa perfecta conjunción de la banda, dejándose el espacio suficiente, para que los instrumentos brillen por sí mismos, con pasajes de sintetizador, incursiones de guitarra llena de efectos, pero siempre bajo la supervisión de la batería, y un bajo contundentes, que van marcando el camino. Una batería al más puro estilo de John Bonham. Todo ello, bajo la seña de identidad del stoner más espacial, con esa personalidad propia que le dan a sus composiciones. La banda irrumpe con esa psicodelia, sosegada, que siempre han practicado, sin que nos demos cuenta que estamos escuchando el mismo tema, nos absorbe nuestra capacidad de discernir que la aventura de “The Drop” había comenzado por otros derroteros.
A modo de paréntesis, “Vivorrea”, nos hace transitar por un universo intergaláctico al a base de sintetizadores, prescindiendo de ningún otro instrumento. Estamos frente a unos tipos que defiende su “propia causa”, a modo de proclama. Una causa en virtud de la cual su sustancia consistiese en ser efecto de su propia causalidad. La introspección musical que es un sello de identidad, que los daneses protegen con su música.
Su lado de potente sonido queda fielmente reflejado en “Seven Hills”, a golpe de ritmos stoner perfectamente ejecutados: Solidez que pudimos comprobar este verano en el festival “Krach am Bach”, en el que ofrecieron uno de los mejores shows que he visto en lo que va de año, sino el mejor. Profesionalidad trasladada al escenario, perfección sonora, como si de un estudio de grabación se tratara. Acompañado de un espectacular y conseguido light-show.
Mucha fuerza en la apertura del tema. Riffs asesinos, letárgicos, de otra dimensión. Con una pesadez difusa, llenos de fuzz, pareciendo ir a la deriva cual naufrago en la tormenta, pero siempre arriban en una playa paradisiaca. Transportándonos a un vergel, lleno de colores, de aromas, de matices sonoros, gracias a la ambientación que nos crea esa guitarra cautivadora. Haciendo que nuestra mente flote en ese paraíso sonoro; levitando sus propias melodías por encima del firmamento que nos acaban de mostrar. Toda una experimenta sónica a base de buenos efectos de distorsión.
Un sólido y brillantísimo trabajo. Estas “Vibraciones Doradas” son todo un tesoro que cualquier amante de la música debería tener en sus estanterías. Un disco que te atrapa desde esos sonidos herederos de la escena kraut con bandas como Amon Duul, Can o Popol Vuh, transmutados a los vientos que llegan de los desiertos californianos, pero combinando a la perfección, el binomio de pesadez y dulzura, formando un éxtasis sonoro, cálido, y seductor, acercándonos a los terrenos de la meditación a base de atmósferas instrumentales llenas de ternura y suavidad a diferencia de otras bandas pesadas. Sin duda, estamos ante uno de los puntos más altos de su producción musical, yendo más allá de los cánones del stoner y de la psicodelia. Todo un paso adelante con la personalidad que les caracteriza. Sin una nota que no cuadre con el resto de la composición, hablamos de un disco que una vez lo has terminado, te deja con ganas de repetir, de seguir recibiendo nuevas sensaciones que no habías apreciado en la primera escucha y que lo hacen más grandioso.
Enhorabuena Causa Sui! Perfecto trabajo. Esperemos que sirva de lanzadera para poder disfrutar de nuevo de su música en directo.