Chivo – “Ouroboros” (2022)
Heavy Rock / Alternative
Cerca de la veintena de años a la espalda, un proyecto como el de Chivo es posible que tenga su primera intromisión en esta web con este cuarto trabajo que hoy venimos presentando como nuestra RESEÑA DEL DÍA. Pero más allá del empuje que ofrece una fortaleza del heavy rock como es el nuevo “Ouroboros”, la realidad es que el bagaje de este combinado de Portugalete ya ha tenido sus directos que han podido traspasar las fronteras del sur europeo, y dejar su semblante en ese enérgico directo del quinteto en países como Francia, Bélgica, Suiza, Austria, Italia, Holanda y Alemania.
Nada mejor que es aislamiento de las personas, de la sociedad en sí y el daño en constante crecimiento que vemos a diario, para purgarnos de nuestro interior, cristalizar las mejores vibraciones y descargar como la mejor clase curativa. Una vez hecho esto, nos rendimos a las ideas de unos artistas surgidos en la soledad del confinamiento, llevando todos esos conceptos unidos para conformar los cimientos del nuevo “Ouroboros”. De esta manera, se sumergieron el pasado año en los Koba Studio de Bilbao para darle forma, muchísimo relieve y una perspectiva que más allá del impulso de su férreo heavy rock, de claras tendencias stoner, también nos lleva al páramo noventero, a la naturaleza más alternativa y esa conjunción que rápidamente se transmite en algo pegadizo, al unirlo con sus muchas melodías.
El empuje como primer mandato de este “Ouroboros” y es que la vuelta de Chivo es evidente en todos los casos, no solo por el temblor sísmico que producen sus nuevas canciones, también una lograda producción por parte de un Xanpe a bordo de este panzer de armamento blindado, disfrutando con todo lujo de matices la pegada de los vascos. La crudeza de Chivo está ahí, trae ese aroma desértico consigo, respetando muchos principios como se pueden ver en cortes abrasivos como “Phony Braggart”, el primero de los avances que pudimos disfrutar en su día en esta misma casa (ver aquí).
Más allá de todo esto, de sus muchas particularidades gravitando entre los muchos elementos sonoros que enriquecieron el sonido en los últimos años del siglo XX, los claros guiños al imperio de las eternas huestes de Birmingham, y por supuesto la brutalidad asestada por el martillo de sus riffs… todo ello orbita en bucle dándole un sentido cíclico a todo el álbum como el propio “Ouroboros” emana desde la historia contada por sus letras.
Es curioso todo porque la banda en ningún momento cesa en el empeño de combinar su base pesada con géneros más propios de llevar ese rock más duro, véase el caso de “Looking Upside Down”, ese guiño al legado de Seattle en “Ashes”, la cuál conecta de la manera más profunda cuando se sumergen en ese titulado “Breaking me Down”, un magnífico cierre por cierto, o ese primera oleada que surge su lado más directo en cortes como “Hard To Say” o la demoledora “Altered Carbon”.
“Ouroboros” es un disco cuidado en todos sus detalles, prueba de ello son esas dos últimas pistas para “Looking Upside Down” y “Dark Path” que tienen su versión acústica, para completar aún más todos los atributos del registro. Todo son evidencias del enriquecimiento de Chivo en su nuevo trabajo para llevar la suma de todas las partes a un único resultado, notable y totalmente definitorio.
Un disco para disfrutar de esa extensa cordillera llena de picos por encumbrar, imperando la ley del señor riff y siempre bajo esa corriente más alternativa, en medio de oleadas de distorsión.