Comeflor – «S/T» (2016)
Psychedelic / Progressive Rock
(Icarus Music / Nasoni Records)
Antes de adentrarnos en este nuevo engendro psicodélico es bueno repasar un poco la vida de Christian Van Lacke, uno de los estandartes de la música independiente latinoamericana. Van Lacke nació en Buenos Aires en 1974, hijo del bajista original de Tarkus, Guillermo Van Lacke y dueño de una discografía única, mágica e imprescindible para la cultura musical de este lado del mundo.
Son innumerables sus proyectos que cuentan con un concepto transversal, una misma historia pero en varios capítulos diferentes que forman su discografía. Destacar a Tlön, banda que formó junto a Walo Carrillo y Marcos Coifman, que a estas alturas ya podemos considerar como de culto. Con ellos grabó 3 discos entre los años 2009 y 2011, en éstos reina la psicodelia y el progresivo con un concepto lírico místico, surrealista y absolutamente cósmico, esta trilogía fue editada por el sello Alemán Nasoni Records y se encuentra disponible para libre descarga desde su bandcamp.
Poco después tendríamos a nuestro músico embarcado en un nuevo proyecto, esta vez llamado Tortuga grabando su disco debut 2013 junto al músico y artista visual español Jesús Morate, el peruano Julio Almeida de Reino Ermitaño en la batería y Christian, como siempre, a cargo de las voces y guitarras. Aunque con cierta continuidad a los sonidos de Tlön, en Tortuga predominan los tonos grises y más cercanos al doom, con mucho mayor peso marcado por riffs ácidos y divagantes.
En paralelo a mantenido vivo otro proyecto simplemente llamado Christian Van Lacke y La Fauna, donde plasma un sonido mucho más personal, próximo al jazz, el progresivo y principalmente al canto latinoamericano fundacional reuniendo a su alrededor un sin número de músicos de primerísima línea como Tavo Castillo, Tito La Rosa, Edelmiro Molinari (Almendra y Color Humano), Juan Luis Pereira (El Pólen) o Mario Parmisano, entre otros.
Como nuestro amigo Christian es una persona inquieta acaba de lanzar un nuevo proyecto llamado Comeflor, junto a Marcos Rocca (bajo) y Dano Digón (batería). Grabado en Buenos Aires en los “Estudios del Nuevo Mundo” por Mario Sobrino, la banda ya cuenta con su debut bajo edición del sello alemán Nasoni Records y por Icarus Music de Argentina en lo que presumiblemente se trataría de una trilogía que comienza con este primer volumen. De esto aún no tenemos certeza, lo que sí puedo asegurar es que este disco debut tiene todos los ingredientes que Christian Van Lacke ha ido reuniendo cual alquimista en sus largos viajes, físicos y de los otros.
La “Criatura de Dios” es un viaje al cosmos, de sonido proto y reverberante, las mezclas de épocas se hacen patente, de peso superlativo y guitarras repetitivas que sirven de hilo conductor a la poesía orgánica reflejada en sus letras. “Conectar” podría ser fácil uno de los temas de mayor peso grabado nunca por Van Lacke, de guitarras a ratos sabbathicas, de riff predominante e incesante que martillea incombustible hasta sacudirte de tu tranquilidad, un destacado trabajo a la batería de Dano Digón que le da una tremenda energía casi matemática al corte. Ojo que en “Conectar” nos vamos a encontrar con un solo espeluznante de Christian. “Canción Para Una Niña Triste” original de la banda progresiva Boliviana Wara, es una melódica y sombría canción llena de blues añejo y ligero pulso jazzistico, una belleza lúgubre de principio a fin. “El Canto está en el Agua” asombra por esa guitarra muy lenta y cadente, muy doom, para hacer una analogía solo ilustrativa podríamos hacer paralelos con lo que en Suecia hizo Witchcraft en sus primeros 3 discos, así suena Comeflor a ratos, si no prueben con “Él” un amargo café disonante y claustrofóbico, de ritmo absolutamente hipnótico y primigenio, otra vez solos de guitarras largos y de magnetismo blueseros hacia finales del tema. “Ombu” es breve, casi un interludio volátil cercano a Tlön para pasar a “Lejos del Centro del Universo” por lejos el más doom del disco, la guitarra y ritmo lento pero galopante del comienzo te lleva por una espiral de ritmos psicodélicos y provocativos, el canto de Van Lacke resulta casi una mantra sórdida que te envuelve y te lleva hacia portales sólo imaginables en viajes psicotrópicos. Un bajo potente y oscilante sostiene los acordes desquiciados de las guitarras que terminan el mejor corte del disco.
Este próximo 07 de Mayo la banda lanza oficialmente el disco en el Club Emergente Almagro de Buenos Aires junto a Telergia y Ambassador. (evento facebook aquí).
Uno puede llegar a perder los estados de conciencia escuchando un disco como el de Comeflor, una aventura que sucumbe en las melodías floydianas de “Fósil”, casi una hora de viaje que se cierra con bellos pasajes de impactante e ilustrativa composición.
Comeflor y este debut, es un disco que sale sólo de vez en cuando, un trabajo que brilla por la composición de sus temas pero sobre todo por ser una obra compacta, transversal, que comienza con un arte de portada surrealista, que suma puntos con cada tema para cobrar un valor mucho mayor si conoces la obra de Christian Van Lacke. Es un disco que no lo puedes escuchar por sí sólo, es parte de una obra conceptual mayor que comienza con Tlön, sigue con Tortuga y cierra con esta maravillosa banda, un todo compositivo de inconmensurable belleza. Mágico.