Dopelord – “Sign Of The Devil” (2020)
Stoner / Doom Metal
De la eficacia más experimental de King Buffalo, volvemos nuevamente al fango no menos bueno de Dopelord, otra de esas formaciones polacas con el nombre de auténtico martillo como mejor apellido.
Pillo por sorpresa a muchos el pasado 10 de Marzo cuando las 4 piezas de la capital polaca lanzaron de forma digital su nuevo engendro metálico de naturaleza implacable. Una nueva oda al stoner/doom, que en muchos ejemplos hemos vivido desde el país centro-europeo.
Aunque se haya quedado con la miel en los labios con ese segundo puesto en la lista más reciente de los Doom Charts, para un servidor es nuestro gran DISCO DE LA SEMANA. Tal vez por la misma razón que King Buffalo, al llevar una discografía impune, sin ningún bache, superándose de igual manera en cada lanzamiento.
Así es, cuando uno creía que “Children Of The Haze” (reseña aquí) era insuperable, Dopelord lo vuelve hacer con la exposición masiva de riffs devoradores en este “Sign Of The Devil”. Una tendencia por parte de estos masters riff que sigue al alza en este cuarto registro para los de Varsovia. En su haber, alcanzan cotas memorables para el género actual basándose en los instintos más primarios en esa mágica apertura con el nombre de “The Witching Hour Bell”. Satanismo, rituales, sacrificios, paganismo, oscuridad, todo viene siempre bajo la fuerza de su arma más mortífera; el riff, y en ese hábito sombrío es donde Dopelord, se hace una gigantesca bola de demolición de acero.
A decir verdad las sorpresas no tardan en llegar en la nueva herejía del combo europeo, y su lado más cruento puede llegar en los asaltos más hostiles. Estos vienen bajo una rítmica despiadada en portentos de mayor trote como “Hail Satan”, o ese acto final que define la exhibición de Dopelord en este último álbum, “Doom Bastards”. Los diez minutos que nos pueden llevar desde las sombras de “Children Of The Haze”, hasta la versión más reciente y salvaje de los Dopelord actuales. Todo se cuece en esa mantra inicial como génesis de este crecimiento instrumental, atravesando nebulosas de krautrock, de atmosferas que se agrandan en su transcurso y unos riffs atmosféricos, siempre denotando esa elegancia y eficacia de Dopelord. El mencionado tramo final, es el patio de recreo para el headbanging de turno. “Heathen” o “World Beneath Us”, siendo los actos más cortos del redondo, plasman el sonido más clásico de la banda, en esa firma tradicional al doom más musculoso.
Verdaderos arquitectos de su mejor oficio, estos carniceros del stoner/doom más hostil, regresan haciendo lo que mejor saben, nuevamente con el efecto sorpresa y sin previo aviso. Esto hace que la escucha de “Sign Of The Devil” sea doblemente buena. Tras las inquietantes ilustraciones de Fabien Staniec, se esconde un universo que rinde culto a la malevolencia con un instinto de muerte lenta y dolorosa. Un disco bajo el buen manto de un gran horneado de lúdicas sonoridades, respuesta tajante y la gravedad más distorsionada que caracteriza a estos músicos. La corrupción más sucia de su embestida, vuelve con un nuevo manifiesto que solo corrobora porque son una de las bandas más estimulantes del género y que mejores garantías entregan con cada lanzamiento.