Green Yeti – “Necropolitan” (2023)
Psychedelic / Doom Metal
La tercera entrega de los griegos Green Yeti inicia, algo tarde, una semana con 6 novedades a penetrar en nuestras emociones en este, nuestro umbral psicodélico con el número 235 en su puerta, listo para seguir afianzando el mes de Marzo.
Si vemos la portada del mismo, podemos ver a su bien alabado Yeti en un mundo distópico propio de llevar ese título, “Necropolitan”. El diseño del mismo corre a cargo de Alfian Setyo, quizás una de las pocas ayudas a las que ha acudido el power trío ateniense para esta nueva aventura en su carrera.
Ya han pasado 7 años desde que el Yeti aterrizó por primera vez y desde entonces, la banda lejos reinventar la rueda, sigue sumándose a esa extensa comunidad reunida en el stoner/doom europeo, desde una de las camadas más provechosas que tiene el viejo continente; la de Grecia.
Desde luego, su entusiasmo y pasión se reúnen en un “Necropolitan”, totalmente cocinado por ellos, auto-editado y tan solo bajo la promoción de las redes sociales, plataformas digitales y el poco uso que puede dar todo esto, siempre bajo su mando.
La diferencia aquí radica en que esa pesadez cargada de distorsión que habitaba en sus anteriores trabajos, se sustituye por unos riffs ricos en texturas, dónde esa profundidad psicodélica juega muchas veces con sus segmentos instrumentales, dando esa expresión progresiva en muchos aspectos, y avistando desde el horizonte el período de madurez por el que pasa la formación de Atenas.
Todo esto crea una fusión de infecciosa naturaleza humeante, un ritmo desde esa perspectiva multicolor y la alabada entrega de un mástil de 4 cuerdas por parte de Avramidis, muy presente en todo “Necropolitan”, creando esas olas de hipnotismo dentro de las riquezas sonoras esparcidas en todo su hábitat.
También hay que destacar las voces del guitarrista Michael Andresakis, a veces en esa piel John García con “Witch Dive” y otras sorprendiendo en venas de Sleep bajo el disfraz de un Cisneros imperial con “Dirty Lung”. Estos son dos ejemplos maravillosos para ver la naturaleza versátil de “Necropolitan”, dentro de su extensa fauna de psicodelia pesada.
Toda esta reunión de elementos conlleva a esa creación de universos atmosféricos, que sin duda hacen girar la autonomía de este “Necropolitan” en toda su exposición. Otro ejemplo al que sumamos esa fascinación que desborda en el álbum. Desde King Buffalo, hasta la misma esencia de Pink Floyd, las corrientes perpetradas en el álbum cada vez nos inclinan hacía una experiencia única en su escucha, con partes instrumentales como “Jupiter 362”, y esa jam session que emerge de las profundidades cerebrales de la banda o las partes más pegadizas de su propia intro “Syracuse”. Sin embargo, con “Golgotha” entramos en esos bucles melodiosos muy presentes en “Necropolitan”, cargado de esa definición arenosa, y ese zumbido permanente del desierto que alimenta las ideas del estilo en cuestión.
Creando un disco sólido y compacto en su vuelta, Green Yeti llega con nuevo material de mayor raciocinio para ver la lucidez de sus construcciones desde un “Necropolitan” más personalizado a los ideales de sus propios artífices.
En uno de esos llamativos trabajos que gana con las escuchas, la huella de Green Yeti ejerce sobre esa nueva experimentación de la banda que parezca anclarse hasta el último detalle para completar esta nueva obra de los griegos.
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