Kingsnake – «Resonance» (2016)
Heavy Blues / Stoner
Que bueno es seguir el progreso de una banda, ver cómo crece y da forma como si de un bebe se tratará. Esto hemos hecho con los señores músicos de Kingsnake, auténticos bluesman desde Philadelphia, con un incuestionable estilo pegadizo que hará que cualquier de sus canciones te hagan saltar al ruedo a por buenas dosis de adrenalina.
Bautizados en su tiempo como los primos de Clutch, es cierto que la banda del genial Bill Jenkins, ha mantenido su sonido intacto y para la ocasión, su tercer álbum llamado “Resonance” se muestra más peliagudo e incisivo que cualquiera de sus predecesores.
El cuarteto regresa en este 2016 en un disco que no da ni un momento de respiro, todo es intensidad a raudales y el señor Brian Merrit, el jefazo de este patio de recreo quién se alardea continuamente con sus delicias a la guitarra.
“Resonance” son 9 piezas, las mismas que tenía su último “One Eyed King Of The Blind” (reseña aquí) pero con un pequeño detalle que no contábamos. Kingsnake siempre se ha caracterizado por ese alto octanaje a un blues rock que termina de incendiarse en esta tercera apuesta. No hay paradas de descanso, ni moteles para pernoctar, desde su principio hasta el final, verás cómo las líneas discontinuas de las largas carreteras van tan a fondo que se convierten continuas. Los de Philaldephia parecen estar en su mejor momento con su nuevo álbum.
Evidentemente la banda es consciente de lo que quieren ofrecer a su legión de seguidores y lo hacen desde su portada, enseñándonos que las notables vibraciones que sufrirá nuestro esqueleto en los próximos 40 minutos no caerán en saco roto. Dónde en su “Book Of Promises” (reseña aquí) reinaba un dinamismo para bautizarles con el mencionado sobrenombre, aquí meten la directa con las iniciales “Diary Of A Badman” y “Evening Blues”, el empuje del batería Matt Farnan es suficiente para llevar este expreso desenfrenado por largas carreteras dónde se pierden en el horizonte. La voz de Jenkins sigue siendo excepcional, adoptando esa raza negra de la América profunda que tan bien le queda a esto del blues. La bravura que implora la parte rítmica de Kingsnake, es la nota predominante de “Resonance”.
¿Piezas destacadas del álbum? Podríamos decir que todas, ya que el álbum se resume en un producto bastante completo, pero el traqueteo ofrecido en “Miss Sorceress”, hacen que estos Kingsnake rumien honrando a los dioses zeppelianos, incluso al sutil rock de Cream. Esto nos lleva a un final de traca, dónde la jerarquía del señor riff predomina sobre el resto. No es ninguna locura decir que los monólogos auditivos impuestos por Jenkins y Merrit son contados muchas veces durante el transcurso de “Resonance”. “End Of Time” es otra de las grandes del redondo, pegadiza, recordando a los mágicos momentos finales de “Book Of Promises”.
La improvisación es otra de las bazas de los músicos norteamericanos, ya lo habíamos visto en algunos tramos de su discografía; “Calling All”, “Top Toe Withe The Devil”, incluso la pieza que llevaba el nombre de su debut. Aquí nos llega en su parte final con “The Phoenix”, dónde nuevamente esa áspera voz de Jenkins hace acto de presencia para que sus secuaces nos vuelvan a entregar otro estupendo ejercicio de heavy blues.
La química entre los 4 componentes se muestra presuntuosa, cristalina, en su mejor versión en “Resonance” y creo que esto es la prueba de que posiblemente estén ante su mejor trabajo hasta la fecha. Un portento rítmico y abrasador que no deja títere con cabeza y a pesar de tener una gran influencia directa por la mítica formación de Maryland, el sello propio y como decía al principio, intocable, se ha mantenido impune en estos 12 años de existencia para Kingsnake. No veo mejor coronamiento a su carrera que este álbum, sin duda, su recompensa al memorable esfuerzo de cada uno de sus 4 componentes durante todo este tiempo. La veteranía tiene un grado y “Resonance” es su mandato.
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