Monolord – «No Comfort» (2019)
Stoner / Doom Metal
Empezamos fuerte la semana, tarde como viene siendo habitual de no hacerlo desde un mismo lunes en las últimas semanas y con poco oxígeno para llevar esto entre las situaciones personales y laborales. Lo primero es lo primero como se suele decir y para esto, había muchas ganas de catar lo nuevo de Monolord y este “No Comfort” como cuarto asalto de los suecos.
Si hay una banda emergente en este ámbito del sonido pesado que a diario nos sometemos, Monolord es uno de sus mayores pretendientes. Sino es la más, desde luego es una de las formaciones con un ascenso vertiginoso en tan solo un serial de lanzamientos, partiendo de su origen en aquel 2014 y ese álbum debut suyo, “Empress Rising” (reseña aquí).
“No Comfort” es la cuarta entrega de los escandinavos, la primera con Relapse Records y coronando un duro ascenso dónde hemos vivido de cerca tanto nosotros como la mayoría de testigos presenciales en la crudeza de sus directos, dignos de admirarlos como uno de los grandes pesos pesados, nunca mejor dicho, del stoner/doom actual.
Hay muchas razones de peso para corroborar estas palabras, pero quizás sea en la innovación de sus estructuras y el aporte de nuevas ideas dentro de un mundo tan borroso y repetido, el que haga de Monolord como una banda especial. Sin perder el respeto por sus antepasados, el power trío refuerza nuevamente sus directrices con “No Comfort”. Desde su portada con ese búho presencial abriendo las alas ante uno de los cohetes de la NASA, está claro que Monolord ha querido mimar hasta el último de los detalles de “No Comfort”, poblado de esos riffs deambulantes y ambientaciones siniestras marca de la casa, en una clima totalmente asfixiante, y de los que ellos, son todo unos arquitectos a la hora de construirlos.
Evidentemente esa nomenclatura valvular y de mucho músculo, invade nuestros sentidos con la abridora “The Bastard Son”, al más puro estilo familiar de Monolord, con un Thomas V. Jäger triturador a las 6 cuerdas. El mismo crea en este mundo de fantasía sombría, el arco triunfal de Monolord, a través de juegos de guitarra vibrantes y progresiones entre las muchas oscilaciones que la banda lleva como principal característica en “No Comfort”. “The Last Leaf” retroalimenta aún más el denso páramo de la banda, arrastrada por la superficie terrestre más nauseabunda, diversos solos en espiral y un mayor atractivo en sus canciones que, desde mi punto de vista, a diferencia de su anteriores entregas como “Vaenir” (reseña aquí) o “Rust” (reseña aquí), aquí si producen un mayor magnetismo.
La psicología de los 70 ha sido siempre la base de la banda, sus principios, la exposición a sus grandes influencias, llevando una energía sobrenatural que puede rebotar en muchos casos en pistas como “Skywards”. Minutos venenosos para devorar tu alma, y el prodigio de una sección rítmica a bordo de Esben Willems y Mika Hakki, llevando la esencia del mejor heavy blues. La melancolía de sus armonías vocales, contribuciones en el terreno acústico y esos segmentos en bucle, plagados de riffs majestuosos, protagonizan los instantes de “Alone Together”, razones de PESO para dar más cuerpo a otra de las proezas de Monolord en su corta pero descomunal discografía. Y ya que hablamos de cosas grandes, “Larvae” posiblemente sea para muchos de las más destacadas del redondo. Un acto brillante por parte de Monolord, inesperado tal vez, pero entre un mundo dónde la luz de su brillantez instrumental y la tétrica ambientación, llenan de tonalidades esta fábula de “No Comfort”, para cerrar con la misma pista que da nombre al álbum, siguiendo la épica de esa mencionada tercera pista, y un derroche de melancolía y aflicción disparada a raudales en uno de los finales más sentidos que jamás hayan escrito Monolord.
En mi opinión, “No Comfort” es un gran paso delante de unos Monolord que con “Rust” parecían caer en ese bucle repetitivo del que muchos proyectos han quedado atrapados sin salida. Evidentemente, Monolord tenía un as escondido bajo la manga, no se habrían hecho un nombre en estos últimos años de no estar hechos de esta pasta tan especial, la misma que caracteriza y ejerce con supremacía una revelación como “No Comfort” para su discografía. Tal vez el punto de inflexión en la corta pero prometedora carrera de estos músicos de Gotemburgo, para sorprender a muchos a partir de ahora, para bien o para mal. Monolord madura en sus ideas, sin olvidar el pasado que les ha traído hasta aquí. Como su disco más profundo y sentido hasta la fecha, siempre está bien conocer aún más el interior de las cosas, porque seguramente, allí es dónde escondan sus mayores secretos.
