Motorpsycho – «The Crucible» (2019)
Psychedelic / Progressive Rock
No sabría si a esto lo podemos llamar EP, casi que resulta chocante que para unos constructores de épicas tan largas como complejas, sean capaces de hacer discos cortos, pero es verdad que por el número de canciones, uno pueda llegarlo a pensar, la cuestión es que “The Crucible” la última tentativa de Motorpsycho, entra de lleno en nuestra habitación.
Hay que reconocer que la actividad de estos alquimistas del cielo de Trondheim se ha ido duplicando en los últimos años, si miramos su extensa discografía, lo de los noruegos es de traca, con dos o tres discos al año. Fondeando un poco en los últimos tiempos, de Motorpsycho hemos sido testigos de redondos como “The Tower” (reseña aquí), “Here Be Monsters” (reseña aquí), o el que yo considero uno de sus puntos culminantes en una larga carrera de éxitos, “Behind The Sun” (reseña aquí).
“The Crucible” es su nueva oferta, nuevamente bajo la distribución de Stickman Records, sello discográfico comandado por Nick DiSalvo (frontman de Elder), y muy entregado en el amplio espectro progresivo producido desde Noruega; Black Moon Circle o Spidergawd, pueden ser algunos ejemplos.
Volviendo a hacer hincapié en los últimos meses de la elaborada carrera de Motorpsycho, el mencionado “The Tower” como su último recurso hasta ahora, era un disco que expresaba más la finura en unas composiciones algo más delicadas. Eran pocos los momentos dónde la banda llegaba a explotar en ese firmamento de rock progresivo al que nos tienen acostumbrados. Para una formación de la índole de estos tipos, no sabes con que te van a sorprender en cada lanzamiento, pero la sorpresa siempre está ahí. Este quizás sea el punto fuerte de Motorpsycho, unos músicos en constante evolución, bajo esa exploración eterna en diversos estilos pero con “The Tower” en cuestión, faltaba algo que en “The Crucible” si se hace más justicia; un mayor contraste para su último fichaje a los parches, Tomas Järmyr.
Si algunos de ustedes piensa que los tiempos del antológico “Heavy Metal Fruit” (reseña aquí) o los momentos más demenciales de “Behind The Sun” puedan mezclarse para tener una segunda juventud, “The Crucible” es vuestro mayor deseo, o lo que es lo mismo decir, como estos genios del rock, hacen en 3 canciones y poco más de 40 minutos, alarde de sus virtudes. Bienvenidos al mundo de Motorpsycho, sobredosis de mellotron, mayor protagonismo de Järmyr, lo que implica una notable sección rítmica, en medio de épicas que se retuercen en este torbellino de elementos cuánticos.
Treinta años de jerarquía en un estilo tan complejo, no lo logran unos cualquiera, Motorpsycho son putas palabras mayores y “The Crucible” básicamente y desde mi humilde punto de vista, sienta las bases de su último “The Tower” y es dónde empieza a profundizar en la materia progresiva cimentada. “Psychotzar” puede ser el tema más digerible de los 3, también es el ejemplo perfecto para ver la versión más realista de un batería al alza, dando a la banda nuevos matices en los que investigar. El dominio de solos y riffs de guitarra, gongs, cowbells, todo esto se une a una gran potencia, entregándonos auténticas jams de vértigo, gloriosamente retorcidas.
Dicho esto pasamos al terreno más experimental, dónde verdaderamente sale la savia de Motorpsycho. Con “Lux Aeterna” vemos en ese inicio acústico, como el sonar progresivo en crecimiento de los noruegos se activa, poco a poco la banda rellena esas capas instrumentales, entrelazadas entre segmentos melodiosos. Todo progresa lentamente, hermoso, pero con un sutil tacto en su buen hacer. La intromisión de la sección rítmica es notable, quizás para mí, una de las que más presencia guarda en los últimos lanzamientos de la banda. Aquí se pueden oír ecos de resonancia con respecto a lo que fue “The Tower”, pero también es verdad que hay demasiados giros en los que adentrarnos en la monstruosa locura de Motorpsycho. Esto es “The Crucible”, la última de las piezas y veinte minutos de proeza que van directos a lo mejor de la discografía de estos tipos. La decena de patrones que marca en ritmo Järmyr, la escoltan perfectamente Ben Saether a las cuatro cuerdas, mientras que Hans Magnus, en su mundo multicolor se encarga de rellenar lo que falta, con una belleza elevada al cubo.
Es toda una aventura destripar un disco de Motorpsycho, una de esas que sabes que por mucho empeño que le pongas, no va a quedar bien. Motorpsycho no escribe, ni se define, tan solo se escucha y se aprende. No es nada nada pretencioso, es revisar una discografía desde estos días y virar 30 años atrás y preguntarte si estos tipos realmente son de este planeta o algún día aterrizaron en ella llegado desde otros confines del universo. “The Crucible” es la resonancia perfecta que dejo atrás la sutilidad de “The Tower”. Esta cara B, si podemos llamarla así, alcanza el punto alto de este episodio de ocurrencias con mucha más potencia, mayor músculo en sus composiciones. La mezcla mencionada antes entre “Heavy Metal Fruit” y “Behind The Sun”, si nos citamos a sus últimos trabajos. Independientemente de todo esto, después de 3 décadas y con cambios de formación incluidos, siendo únicamente Saether y Magnus sus miembros originales, Motorpsycho sigue en estado de gracia. Lo mejor de todo esto… viendo su estado de forma, es que no pasará mucho tiempo en que nos vuelvan a sorprender. Demos gracias por disfrutar de una banda como ellos, “The Crucible” está aquí para volver a cautivarnos.
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