Ordos – «House Of The Dead» (2017)
Stoner / Doom Metal
Con un nombre del álbum más propio de sacarlo próximo a las fechas de Halloween, el segundo álbum de Ordos ya está aquí. Como uno de los lanzamientos más sorprendentes de este invierno, la vuelta de los suecos tras su ejemplar homónimo debut del año 2013, es simplemente atronadora.
Para disfrutar de la pegada de este quinteto de Uppsala, lo mejor es deleitarse ante una producción más que apropiada, aquella que cristalice las virtudes de estos músicos que se han propuesto sacar el mazo para asestarlo sobre nuestras cabezas con una ración del mejor stoner/doom, devoradores riffs que se alimentan de tu alma en este nuevo “House Of The Dead”.
Gestado en los conocidos estudios de Underjord dónde otros proyectos de la envergadura de Tombstones, Saturnalia Temple o Skraeckoedlan han dejado su sello, el segundo trabajo de Ordos da excelentes credenciales del poder de estos músicos que harán de este nuevo trabajo uno de tus incondicionales en tu reproductor durante las próximas semanas.
La oscura temática que envuelve “House Of The Dead”, es perfecta para alimentarse del arsenal instrumental que en su interior se despliega. La canción que lleva el nombre del disco fue de los primeros adelantos que se pudieron disfrutar en el otoño de 2016, una buena piedra de toque para iniciarse bajo el ámbito de estos dioses del rock pesado escandinavo. Fantástico el groove que marca el disco y dónde Ordos construye canciones realmente pegadizas como esta “House Of The Dead”, cargada por aturdidores ritmos de batería, unos estribillos totalmente pegadizos y los gruñidos a las voces que se expanden en el horizonte como el mejor rugido stoner rock de Ordos en esa fase final.
Los suecos son capaces de abducirte con tan solo las seis canciones que compone este redondo, pero de esas seis, la duración entre ellas se extiende lo suficiente para sacar provecho de sus virtudes. “Satan Venit” sigue trayendo esta oscuridad aterradora en 9 minutos de pura demencia dónde la banda se rinde al traqueteo que trenza en sus mágicas composiciones. Son muchos y contados los momentos del disco dónde su vocalista Emil saca enormes poderes de sus cuerdas vocales y esta tercera pieza es una buena prueba de ello, dónde lleva a buen recaudo el juego entre limpias y guturales. En esta pieza sale uno de los grandes detalles del disco y evidentemente, culpa de esto la tiene su sección rítmica que se marca una sección tan aplastante como progresiva en el tramo medio de canción, consiguiendo uno de los picos culminantes de “House Of The Dead” y una estupenda carta de presentación ante la capacidad de los integrantes de Ordos.
Tampoco hemos hablado de las estupendas líneas de guitarras que crujen este álbum por ambos flancos, haciendo del mismo un cosmos abrasivo. “II” es digna de encumbrarse entre las grandes del LP. Una canción que recordarán, repasarán, tararearán en sus muchos directos, heavy blues de pata negra para las memorias de Ordos. Nuevamente la sección rítmica de la banda te engulle en esa “Hounds Of Hell” con unas líneas de bajo que quitan el aliento y nuevamente con ese equilibrio del que la banda puede presumir con la cabeza muy alta en todo el disco.
No hemos hablando, ni del principio, ni del final… “Witch” clausura el trabajo bajo un aura mucho más atmosférica, un clímax que recogen extendiéndose en sus 9 minutos llenos de un dinamismo encomiable. El balanceo de la banda es continuo en este cierre, como una gráfica llena de picos, los suecos construyen una cordillera de decibelios que quedan de lujo para el final del álbum. El inicio tampoco es menos, “The Infernal God” enciende esa llama de fuerza instrumental que disponen estos Ordos bien enraizadas con los juegos de voces, la nota predominante de un disco que supone un regreso triunfal por parte de estos músicos del sur de Suecia.
“House Of The Dead” se le puede considerar ya una marca tradicional del stoner/doom, un disco que es muy probable que coja un valor incalculable con el paso de los años. Con una fortaleza que solo desata rabia, corpulencia e intensidad a raudales, el segundo redondo de Ordos es una mala bestia que viene lista a chupar hasta la última gota de sangre de vuestros corazones. Con solo dos discos, el auge que levanta este álbum deja una estampa de lo más prometedora para los suecos. Preparaos para una buena colección de riffs, un papelón a las voces por parte de Emil y una producción magnífica para disfrutar de la pegada que trae este potente trabajo.