Papir – «VI» (2019)
Psychedelic / Krautrock / Instrumental
La magia progresiva y ambiental de unos veteranos de su índole, regresa en forma de sexto larga duración para unos músicos que, más allá de ese vanguardismo desplegado en forma de imaginario mundo audiovisual, escuchado en cualquiera de sus obras o proyectado en cualquiera de sus directos, siempre es sinónimo de garantía en una banda como Papir.
Siendo su segunda contribución en un sello en estado de ebullición en muchos lanzamientos del gremio como es Stickman Records, gobernado por Nick Di Salvo (Elder), lo nuevo de Papir fue lanzado el pasado 10 de Mayo, siguiendo las mismas resonancias psicodélicas engendradas en “V” (reseña aquí) del año 2017.
Tal y como nos tienen acostumbrados, los números romanos son los títulos llevados para sus redondos, así como para sus canciones, y este “VI” contiene 4 nuevos actos, dónde sobresalen 2 pistas con una duración mayor a los 10 minutos y las otras algo más cortas.
Todo el que conozca a una banda como Papir sabrá que cualquiera de sus discos vienen muy acorde con el elenco proyectado en muchas bandas europeas, con esas derivaciones al krautrock experimental y ese largo tiempo que estuvieron en sus primeros discos con la camada de El Paraíso Records.
Las texturas progresivas y magníficas ondulaciones, aquí se cuecen entre esos ecos reverberantes, transformados en largas jam sessions, de mucha improvisación, puramente instrumentales. Un conjunto de ideas que hacen de cada entrega suya, un asalto a todos los sentidos del cuerpo.
Todo vuelve a cobrar sentido y mucho colorido con un sonido ya familiar para muchos. Los exuberantes órganos descienden por ese valle que nos oculta entre las espesa arboleda, dotada de todo tipo de especias alucinógenas. Esto es “I” como primer acto, bien medido por un buen juego en las líneas de guitarra, dando un amplio florecer a sus estructuras. En cambio “II”, se mueve más hacía el rock espacial. El bajo se erige como protagonista y guía de esta nueva estructura como la más sutil del disco, dentro de un mar psicodélico repleto de reverberaciones ambientales. “III” es el fin de la misma, llevado por unas cadencias más armoniosas mucho más notables. Aquí se puede ver ese guiño al kraut alemán, predominando un mayor músculo en su rítmica y esas texturas ambientales, tan particulares en ellos. Las puertas del nirvana se abren nuevamente con “IV”, su pista más corpulenta del álbum, la épica de Papir para este 2019. Una monstruosa jam en el reconocido modo in crescendo, llevando un buen equilibrio entre las fuerzas de sus componentes, todo un rugido más propio a una inyección de adrenalina. Lo mejor de todo es que son tan pocas las bandas que pueden llegar a sonar tan pesados a través de una limpieza instrumental única, por la que precisamente se les conoce a estos impares. Las virtudes del guitarrista se multiplican en este demencial cierre, con una rítmica totalmente meticulosa y un frenesí de solos tan bellos como dispersos.
A pesar de no ofrecer nada novedoso como único punto negativo del álbum, Papir mantiene su regularidad con este sexto volumen suyo, un disco en el que por primera vez han sido los propios músicos los que se han encargado de su producción, masterización y mezcla. No sé si esto tal vez tenga que ver en esa falta de cierta originalidad, ya que en 40 minutos somos testigos de otro triunfal registro sonoro pero abunda un estado de calma bastante detonante, cuando en otros casos, pistas como su cierre se repetían en diversas ocasiones. En definitiva, “VI” es más cálido, más relajante, pero es también en esa zona de confort dónde Papir siguen siendo la garantía por la que les conoce.
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