Radio Moscow – «New Beginnings» (2017)
Hace poco más de una semana (29 de septiembre), salía a la luz el nuevo trabajo de los californianos, Radio Moscow. Su primer trabajo desde hace 3 años, excepción hecha del directo “Live in California” que publicaron el año pasado, pero esta vez con material nuevo. Parece que le han cogido el gusto a difundir nuevo disco cada tres años. Bienvenida sea la espera si lo que nos ofrecen es material del primer nivel, como es el caso.
Asentada la formación desde su anterior disco de estudio “Magical Dirt” (reseña aquí) en el trio comandado por Parker Griggs, a las voces y guitarra, Anthony Meier al bajo y Paul Marrone a la batería, trasladando su ubicación a San Diego, dejando atrás los numerosos cambios de formación a lo largo de su carrera, pero sin olvidarse de su esencia, heredera de las grandes bandas de finales de los sesenta y primeros setenta, Blue Cheer, Cream, Hendrix, etc… pero con un enfoque actual, del siglo XXI, lo que pudiera hacerles parecer una banda rancia, pero que para nada es así, encontrándose a la cabeza de la escena actual del género, heavy psych, blues rock.
Habiendo abandonado el sello Alive Records con el que hasta ahora habían publicado sus anteriores trabajos, y editando su nuevo material con el sello Century Media en los Lost Ark Studio, de la ciudad de San Diego (California). Quizás esta circunstancia suponga un nuevo punto de partida, reflejado en el propio título del álbum “New Beginnings”, con un diseño efectuado por Courtney Cole y Dana Tripe y la producción del propio Parker Griggs.
¿Que nos encontramos dentro de sus surcos? Pues toda una dosis de sonidos vintage acordes con la línea marcada durante toda su carrera, pero con unas energías renovadas, un gran homenaje a la música que han mamado, y que evidentemente les influencia. No en vano, alguno de sus miembros son poseedores de una notable colección de clásicos de la psicodelia más dorada, siendo admiradores de los personajes más brillantes de la escena de los 60’s y 70’s, pero que no por eso están faltos de identidad propia.
Diez temas llenos de energía heavy psych, de blues eléctrico, lisérgico, estando a la cabeza del género en el panorama actual. Abre el álbum el tema que da título al disco “New Beginning”, con riff frenético a cargo de Parker, y un crescendo de batería, con el más puro sonido setentero, punzante, cortante, atronador, con el registro vocal más cazallero y un Marrone, que no permite que el ritmo baje un solo instante como si de John Bonham se tratara. Sin hacer prisioneros desde el minuto uno! A continuación “Deceiver”, un blues lleno de fuzz donde la grave voz parece calmarse algo, como si la propia composición quisiera darnos un respiro respecto del fragoso comienzo del álbum, a ritmo de esos acordes hendrixianos, que nos acompañan a lo largo de todo el trabajo y que han formado parte de su identidad desde sus comienzos. Con “Woodrose Morning” nos trasladan en un viaje instrumental a parajes de la costa oeste con calmados riffs psicodélicos. “Driftin” ahonda en un blues psicodélico sureño que bien podría firmar el propio Duane Allman. En “No One Knows Where They’ve Been” el espíritu de Hendrix invade el cuerpo de Parker haciendo que sus dedos creen una cabalgata cósmica llena de riffs infernales repletos de fuzz y acidez.
En sintonía con el tema que le precede “Last To Know” continúa con un torbellino de punteos hirientes, acompañados de una voz rasgada, evocando sonidos absolutamente vintage, y mucha distorsión. “New Skin” nos inunda de lisergia como si de una auténtica jam se tratara, siempre acompañada por la sección rítmica en perfecta combinación de batería y bajo. Evocaciones zeppelianas nos trae “Pacing”, en uno de los temas más asequibles del disco con tradicionales sonidos hard setenteros. “Pick Up The Pieces” presenta el lado más calmado de la bestia, que parece tomarse un respiro con una suave composición cual descanso del guerrero. “Dreams” cierra el círculo con un comienzo atronador que se torna en pasaje llenos de psicodelia y de efectos fuzz, de lo más variados recordándome por momento al mismísimo Blackmore en alguno de ellos.
En definitiva, un feliz y sobresaliente regreso a la producción musical de una banda que ocupa uno de los más altos lugares de la escena actual, un disco esperado y deseado, como demuestra que en su gira de presentación por Europa en la que están inmersos y de la que pudimos disfrutar en Madrid hace unos días (crónica aquí), ¡tienen 32 shows en 35 días! Por algo será!
Un disco que en una primera escucha me pareció excesivo su torrente sonoro, circunstancia ésta que desapareció en escuchas posteriores pudiendo apreciar todo su potencial. Un homenaje a sonidos del pasado pero con una revisión actual, en el que la creatividad de Parker hace maravillas, pareciendo increíble que un tipo tan sencillo, pueda desarrollar esa corriente vocal y virtuosa a la guitarra. Toda una transformación; con un acompañamiento perfecto, dos individuos que parecen estar en un segundo plano, pero que son el complemento idóneo, una batería incesante con un contrapunto perfecto en el bajo. Este es un álbum en el que encontramos las mejores esencias del heavy blues, del heavy psych en todas sus vertientes, sonidos estrepitosos no exentos de sutileza en ciertos momentos. Absolutamente recomendable! Pepinazo! Y que en directo se multiplica su potencial. Brutales!
Facebook || Web Oficial || Comprar