Smoke Mountain – “The Rider” (2025)
Stoner / Doom
Lo descubrí en el 2017 con su homónima entrega (reseña aquí), se me pasaron durante la pandemia con “Queen Of Sin”, regresan en 2025 con el nuevo “The Rider”. Desde los muchos ejemplos que he tratado, la península de Florida siempre me ha dado buenos exponentes para disfrutar de un rato de buena música. En este caso, nos vamos hasta la localidad de Tallahassee para explorar la tercera entrega de Smoke Mountain.
Capas de distorsión, poca producción, analogía a mansalva y otro caso más en este martes para disfrutar de otra juerga de carácter lo-fi, y ese despegue de riffs que vuelven en esta nueva aventura de los norteamericanos.
La mala suerte se apoderó de ellos durante el señalado mes de Marzo de 2020, fruto de la salida de ese “Queen Of Sin” e inicio de una pandemia y un colapso para el arte musical que se extendería en su decrecimiento posterior los próximos 24 meses.
Muchas bandas sucumbieron en este movimiento castigador, tirando por tierra toda promoción y eventos programados. Cuando escuche “Queen Of Sin” a finales del 2020, con las listas TOP de final de año ya hechas, y entrando en esa resaca del curso de los posteriores discos olvidados, me di cuenta que la desgracia se había cebado con los hermanos Pitt, y este freno inesperado que les ha costado su vuelta prácticamente 5 años después.
“The Rider” es su título elegido para la ocasión, y estos tres hermanos orquestados por la voz de Sarah, vuelven a imponer su propia personalidad con melodías para el recuerdo en los muchos fragmentos de su nuevo álbum.
Sugerencias de lo más interesantes en estos 8 nuevos actos con esa gran prestación a sus muchas influencias. Esto no quita que nos encontremos ante otra banda de la calaña stoner, cargada de todos esos clichés arraigadas a la historia del género, pero en su conglomerado de ideas, son sus propias armonías moviéndose entre el fango lo que realmente marca con “The Rider”.
Su ruidosa atmosfera se mantiene áspera y con esa sensación de naturalidad y esa mencionada escasa producción, le dan más nitidez al alma de estos tres artistas de Smoke Mountain. Una dimensión ideal que puede llevarnos desde el punk primitivo, hasta las melodías más recordadas de Type O Negative. Su característica distorsión invita a la nostalgia de los músicos de Brooklyn en muchos casos, y muchas veces ese decorado gótico, trasciende en esas estructuras melodiosas que imponen con la virulencia de sus descargas en algo para llevarse al cerebro los próximos días.
También cuenta mucho el groove de “The Rider” que aquí es suplantando por cierta falta de dinamismo y la firme convicción de los norteamericanos de mantener la esencia del stoner/doom amplificado de la actualidad, recogiendo ese zumbido persistente, dentro de las líneas desafiantes en la sísmica propuesta de su nuevo trabajo.
A buen seguro, la oscuridad del mismo lleve al espectador a una nueva experiencia de contrastes masivos y la blasfemia ocasionada por las historias que aquí se narran. Smoke Mountain está de vuelta y eso es lo que cuenta…
