The Devil And The Almighty Blues – «II» (2017)
Psychedelic / Blues Rock / Doom
(Blues For The Red Sun Records / Stickman Records)
Cuando le das play a “The Ghost Of Charlie Barracuda” de su homónimo debut (reseña aquí), sin saber nada de ellos antes, sientes un conjunto de emociones y vibraciones que resultan a lo menos impactantes. Eso pasó en 2015 cuando, pasado unos segundos, tienes la certeza que estás frente a una colosal obra, 45 minutos pasan hasta los últimos acordes de “Tired Old Dog” para quedar perplejo frente a tamaña explosión musical, una capacidad de emulsionar el blues más tradicional y llevarlos a niveles extremos de peso y sensibilidad, un hibrido difícil de clasificar que pone de manifiesto los alcances y mezclas de estilos en donde el blues puede ser la columna vertebral pero esta vez con una condicionante acid doom verdaderamente magistral.
Han pasado 2 años y el quinteto de Oslo regresa para hacernos sentir todo su peso y majestuosidad, su esperado segundo disco titulado simplemente “II”. Lo verdaderamente importante no es el título ni la portada, aquí lo realmente importante es el contenido. Y lo que hay dentro de este nuevo engendro es verdaderamente impresionante.
No es que The Devil & the Almighty Blues se haya reinventado ni que haya dado un giro en su estilo musical, más aún, lo que se siente apenas abre “These Are Old Hands” es que lo de los noruegos huele a consolidación. Sin atavismos musicales te parten la cara con un incesante e irascible riffs de guitarra que sólo se descongela para dar espacio a la carismática voz de Arnt Andersen, que debe poseer uno de los mejores registros del rock pesado actual, pleno de matices, breaks y lleno de una abourbonada marca personal, llena de sentimiento y desgarro visceral que traspasa literalmente los oídos para meterse por las venas. Un largo track que a la medianía se descomprime y donde las Gibson parecen sumergirse en los más oscuros momentos del delta blues, una lección soberbia de clase compositiva, una señal clara que lo de hace 2 años no podía ser coincidencia.
Las líneas de bajo de “North Road” te parecen encaminar con ciertos sobresaltos al patíbulo, guitarras con aires sureños y voces en extremo sugerentes para dejarnos boquiabiertos con el corte quizás más revival del disco. Las viejas glorias del blues, esas que ya han partido, de seguro podrían aquí levantarse en señal de aprobación. Exquisita pieza que además no se queda en ir a buscar el blues de antaño, es poseedora de un alto peso, casi abrumador, con últimos 3 minutos de un machacante stoner sucio y pendenciero. Soberbio corte, el disco recién comienza.
“When the Light Dies” viene con suaves pero inspirados acordes muy ligados al rock setentero de alta gama, blues lacónico y un embriagador clima rebosante de vibra y clara tendencia hacia el space más psicotrópico. “Low” tiene el sello de la banda, lisergia y melancolía, canto desesperanzado y ritmo doom aplastante, una construcción orgánica que funciona perfecto cuando se mezcla con pesados acordes que le entregan esa característica tan singular a los de Oslo. Una maduración óptima que en este disco brilla de forma fantástica. El blues americano y su huella en el mundo, ha sido capaz de cruzar el océano y clavarse en el alma de las nuevas generaciones que buscan con ansias la mágica construcción artesanal de la música en su estado más sentimental. “How Strange the Silence” se retuerce cálidamente entre las armonías creadas por Peter Green y los seminales Fleetwood Mac con una pastosa y oscura secuencias de un bajo que no deja de trepidar y calar hondo en toda la extensión del corte. Quizás el más lóbrego del disco pero con un quiebre perfecto que alimenta de nuevos bríos el final de este sensacional track que incluso al cierre, hace ciertos guiños a Graveyard. “Neptune Brothers” y la luz que aparece en las guitarras de Peter Svee y Torgeir Waldemar Engen, con altas melodías que le dan la cuota de frescura justa y en el momento preciso, un final lleno de magia compositiva, un renacer de las tinieblas más abrumadoras para mostrar tu optimismo y sabiduría. Por favor prestar atención a las guitarras inflamadas de blues que derriten el cierre del disco, Winter, Hendrix y el propio Green han calado hondo en estos chicos.
The Devil & the Almighty Blues ni siquiera se han despeinado para sacar un disco brillante, que no empaña su debut, al contrario, lo agranda y convierte a “II” en una perfecta combinación, una continuación mágica, maduración y estilismo en un su máximo desarrollo, las influencias del mejor blues gestado en el delta, su huella indeleble que llegó hasta Oslo para meterse en las venas de estos sombríos tipos, quienes le incorporan altas dosis de doom ácido, guitarras endiabladas, voces raspadas, sentidas y lubricadas a punta de bourbon. Ritmos lacónicos y arrastrados, ensamblados al rock más tradicional entregan un resultado abrumador. Lo de The Devil & the Almighty Blues no sorprende porque esperábamos algo así, pero las cotas alcanzadas en el disco no hacen más que posicionarlos en uno de los más impactantes discos estrenados este año. Soberbio.
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Es venenoso que duda cabe Margaret. Para ponerlo en bucle…. y el primero igual.
No puedo dejar de escucharlo