Turtle Skull – “Monoliths” (2020)
Psychedelic Rock
(Art As Catharsis / Kozmik Artifactz)
Abrimos nuestra mente hacía la psicodelia contemporánea, la misma que sigue expandiéndose cada vez más y más sobre el cosmos como el crecimiento emergente de un agujero negro, absorbiendo estrellas, que desembarcan en otros lugares desconocidos.
Y ya que hablamos de terrenos desconocidos, viajamos hasta el otro lado del planeta, porque allí, desde las Antípodas, los australianos Turtle Skull, aterrizaron recientemente con su último “Monoliths”, otra de esas ofrendas a destacar dentro del sello experimental Art As Catharsis y su co-edición por parte de los alemanes de Kozmik Artifactz.
Lo nuevo del quinteto de Sidney lleva nuestra imaginación al confuso pero relevante mundo de Pink Floyd, con aderezos a las gamas más recientes de Kikagaku Moyo o la de sus compatriotas King Gizzard & The Lizard Wizard. Todo siempre visto desde el reflexivo y caleidoscópico prisma del heavy psych con el volumen de fuzz justo en el nivel más adecuado.
“Monoliths” es el segundo álbum para el combinado de Sydney y nuevamente esa repetida historia de la supervivencia del ser humano en un mundo en declive, conectan en sus diferentes maneras dentro del universo de su más reciente registro. Desde su artwork exterior, Turtle Skull intenta evidenciar ese estado zen de desconexión terrenal propuesta en un “Monoliths”, dónde las emociones se disparan y la naturaleza de los paisajes más drone, adquieren una importancia sublime. Dentro de ese maravilloso firmamento evocador, su magia resplandece mejor que nunca, propulsados por un estado de ambición y crecimiento sinfín, convirtiendo su nuevo álbum en una nueva odisea para sumergirte en pleno siglo XXI.
Los poderes ambientales son un dominio constante en los redondos psicodélicos, de esto los australianos son muy conscientes a la hora de construir enmarañados laberintos como los de “Heartless Machine”, de hipnótica atmosfera, y un diseño estrecho como sus diversos pasadizos instrumentales, vayan desde oriente hasta occidente.
Con todo esto, Turtle Skull son persistentes en la complementación de un álbum, en el saber perfeccionar sus diferentes fases para que más allá de volver a caer por esa madriguera de conejo en el mundo de Alicia, también sepa llevar el galope del buen fuzz a ritmo de estribillos pegadizos como los que corren en sus sencillos “Rabbit” o “Why Do You Ask?”. Minutos antes, “Leaves” nos sirve el puente perfecto de fácil conexión al que fuera su álbum debut.
Muchos cambios de tiempo en un disco en el que no se le puede ocultar ese amor, aunque sea tímido, por las facetas progresivas. Los poco más de 10 minutos que prosiguen el álbum nos llevan a “Who Cares What You Think”, bajo un patio de sonoridades difusas y repetitivos riffs, engulléndonos en ese bucle demencial. En el caso de “Halcyon”, siendo de las más cortas de “Monoliths” se rinde ante una bella atmosfera pacifista más propia de un interludio de asombrosa ambientación.
Como todo álbum de este linaje, gobernado siempre por el entusiasmo de sus artistas, el final del mismo debería ser la guinda del pastel, el colofón que cierre una nueva fábula como protagonista de nuestros próximos sueños. La hermosura de la citada “Halcyon”, lleva su mejor eco con una de las grandes destacadas del disco, “Apple Of Your Eye” es la verdadera fruta prohibida dentro de este jardín del Edén creado en “Monoliths”, pero en este caso, la que le da un sentido único al álbum es “The Clock Strikes Forever”. Un cierre de pura lengua floydiana, llevado por una ejecución en crecimiento y la perfecta escolta facturada por ese sintetizador constructor de las capas instrumentales y los logrados efectos en los pedales. Todo nos devuelve nuevamente a ese tirabuzón dónde nos encanta lanzarnos para disfrutar de ese descenso sinfín, para que todos los elementos disponibles en el armario de prestaciones de Turtle Skull, se unan en un conexo de ideas alucinógenas como fiesta final.
“Monoliths” nos deja un largo fuzz psicodélico, con algunas gotas poperas, bastante comprensibles si nuestra idea no es otra que surfear por las olas ambientales que crean estos alquimistas de la neo-psicodelia actual. De las mencionadas bandas que pongo por influencias, pondría incluso la labor de Black Mountain, como otro de los grandes exponentes en unos Turtle Skull que confirman su poderío después de un debut que ya apuntaba maneras. La metamorfosis de los australianos, sigue su curso hacía las puertas del nirvana.