Wedge – «Killing Tongue» (2018)
Heavy Psych / Retro Rock
Más de tres años de espera desde su disco homónimo (reseña aquí), pero ya está aquí la segunda entrega de los berlineses Wedge, para deleite de los amantes de los sonidos retro rock.
La banda mantiene la formación liderada por el multidisciplinar Kiryk Drewinsky (voces, guitarra y armónica), que había militado en los psicodélicos Liquid Visions, así como en la banda de garage freak, The Magnificiente Brotherhood, acompañado por Holger “The Gog” Grosser (batería y coros) y David Gótz (bajo y teclados).
Si para un servidor fue una alegría su descubrimiento, el tiempo pasado hasta éste, su segundo lanzamiento se me ha hecho un poco largo. Pero lo cierto es que la espera ha merecido la pena. En “Killing Tongue” se repite la fórmula de su debut, pero con ciertos matices a tener en cuenta.
Si en su anterior trabajo era fundamentalmente una apuesta de rock setentero y de finales de los sesenta en el que estaban más presentes los sonidos garage, aquí éstos no tienen tanta presencia, sino que la banda se inclina hacia tonos más enérgicos en los que cabe destacar una mayor presencia del órgano en sus composiciones. Un rock clásico que se diferencia del estereotipo de banda de stoner-retro, ya que su música suena como si verdaderamente estuviera compuesta en aquellos gloriosos años. Todo un viaje a través del túnel del tiempo musical, en el que el dinamismo se mantiene a lo largo de sus nueve temas, con un resultado fresco y divertido.
“Nuthin’” abre “Killing Tongue” con una vivacidad y frescura que me recuerdan por momentos al “Next to You” de Police. Coros y una profundización en sonidos clásicos de los setenta especialmente por el toque que el órgano, que comienza a manifestarse con más intensidad que su trabajo precedente, co-existiendo con un impecable trabajo de guitarra.
Si Wedge me ha parecido siempre una de esas bandas con las que es complicado que tu cuerpo no se contagie del ritmo de su música, en “Lucid” esa sensación es corroborada. A pesar de que estamos ante un tema de medios tiempos, en el que el bajo tiene un importante protagonismo, con un órgano en el puro estilo Purple, las voces calman el frenesí rítmico hasta la cabalgada final que genera el wah wah de su guitarrista. Este tema fue el elegido como anticipo de “Killing Tongue” en forma de videoclip.
La oscuridad y lo siniestro también están presente en el disco. Prueba de ello es “Tired Eyes”. Un inquietante órgano es custodiado por distintos efectos. Un tema suave, calmado, en el que la psicodelia sosiega la vitalidad de la banda. Una compleja composición que parte de la psicodelia oscura, con olor a incienso, para mezclarse con los cactus del desierto y reconvertirse en un tema sureño con riffs de guitarra que bien pudieran haber sido ejecutados por Marshall Tucker Band o los mismísimos Allman Brothers. Nos encontramos ante la prueba de que no estamos hablando de una clásica formación retro rock con una fórmula estereotipada, sino que tenemos una banda mucho más versátil. El tema concluye con unos acordes de guitarra acústica muy apetecibles.
Los decibelios son minorados en “Quarter To Down”. Una especie de balada psicodélica con guitarra acústica y agradables voces, herencia de alguno de los temas de los ingleses Uriah Heep. Ponte los pantalones de campana y la chaqueta de flecos para ambientarte con “High Head Woman”. Clásico rock setentero con potentes y logrados riffs de guitarra amparados por órgano al más puro estilo Deep Purple, y con un estribillo pegadizo.
En el tema que da nombre al disco, se repite la fórmula con efectivos riffs de guitarra auspiciados por un órgano en la más pura línea de John Lord o Ken Hensley, que quita el protagonismo a los punteos de Kiryk en el tema más vintage del álbum. Esto no son resonancias retro actuales, sino que es puro sonido de mediados de los setenta, sin paliativos.
Una fuerte línea de bajo y una contundente batería abren “Alibi”. La banda hace un ejercicio de psicodelia pesada en el que se masca la tensión. Un tema hard salpicado de rasgueos de guitarra con repetición de un alegre estribillo.
El lado más oscuro de “Killing Tongue” le corresponde a “Who Am I”. La influencia de bandas inglesas proto metal es palpable en unos acordes marcados nuevamente por un sólido bajo, y por el tono de los registros vocales. El órgano subyace en un segundo plano dándole un toque más enfático al misterioso bajo. Encontramos aquí algún riff asesino de guitarra para completar. El cierre está reservado para un rock and roll clásico con ecos de bandas como Grand Funk Railroad. Elementos wah wah, toques funky, voces que recuerdan a los mismísimos Boston, para un fin de fiesta en el que son evidentes ritmos de boogie sureños aderezados por la armónica de Kiryk. Todo un ejercicio de dinamismo y efectividad, con un aire completamente festivo de pegadizas muletillas.
Si su disco debut hizo las delicias de muchos amantes de los sonidos vintage, (incluido un servidor), especialmente en su puesta en escena sobre el escenario, con este trabajo los berlineses consolidarán su status dentro del panorama actual. En próximas fechas tendremos la ocasión de comprobar cómo se desarrollan estos temas en directo en el marco de la gira que están realizando por medio continente hasta la próxima primavera. Dicho tour, recalará por estas tierras de la mano de Red Sun Barcelona en Gijón, Bilbao, Barcelona, San Sebastián, los días 24, 25, 26 y 27 del próximo mes de Marzo respectivamente.
Con “Killing Tongue” la banda deja un poco apartados los sonidos sesenteros para embutirse de lleno en los setenta. Menos garaje, y mayor presencia del órgano en sus temas. Todo ello siempre bajo un ambiente festivo, y divertido, donde el ritmo de los temas hace que su disfrute sea toda una fiesta. Y por supuesto, en toda fiesta hay un momento para la pausa, y esta viene de la mano de algún tema en el que practican la psicodelia que llevan en sus genes. Buenas composiciones, en las que la guitarra, nuevamente, tiene una parte fundamental y que a buen seguro agrandará la reputación de su artífice, Mr. Drewinsky. Otro dato a tener en cuenta es la cuidada producción que consigue que el resultado sea un disco con una gran frescura dentro de ese viaje en el tiempo propuesto por Wedge.