Santo Rostro – «II: The Bleed» (2015)
Sludge / Doom Metal
(Discos Macarras, La Choza De Doe, Nooirax Producciones, Cosmic Tentacles, Odio Sonoro)
He de comenzar diciendo, que no le presté en su día demasiada atención –casi ninguna– al debut (reseña aquí) de la banda jienense con un homónimo, que, bueno, lejos de ser algo muy relevante, a título personal, sí que es bueno como debut, como disco completo en su concepto dentro de los estilos por los que se mueve y, un aprobado para la mayoría de conocidos míos. No puede llover a gusto de todos. Pero ahora, con su segundo trabajo, me intereso más en la banda por varios motivos, he empezado a descubrir lo que tiempo atrás dejé de lado. He hecho mucho hincapié en este “II: The Bleed”, escuchándolo una y cien veces. Yéndome a su Santo Rostro posteriormente y, comparando –aunque sean odiosas–, un disco y otro. Hasta donde llega mi conocimiento musical y gusto, por supuesto, tengo claro que este nuevo trabajo está por encima del antecesor en cuanto a sonido y evolución musical. Pulidos muchos matices y adentrándose en géneros como el sludge, doom y stoner, consiguiendo llegar hasta el final de esa búsqueda, salen esos resultados evidentes de la mejoría musical que menciono. Y ya dejando aparte el gozo musical de uno.
Los siete temas que componen la nueva máquina de perforar de estos chicos, es penetrante e impactante. Se hace tan disfrutable que, aún con temas de siete y ocho minutos, pasa como el anhelo de algo invisible. ¡Vamos, que ni te enteras! Y mientras escribo estas líneas, escucho el disco y tengo que repetir nuevamente que, ¡vaya trabajo más completo y fantástico! Me encuentro ahora mismo en el corte cinco, “Once Again”, con un tremendo comienzo y una continuación aplastante y devastadora. Tanto voz como instrumentos, te dejan de una pieza. Maestría de principio a fin en la que se dejan todo para conseguir lo mejor. Pesadez, riffs que no deseas que dejen de sonar, un vocalista cantando hasta sacar de ahí dentro su última gota de vida. Un tema machacón e impresionante que coloca a Santo Rostro en un peldaño bastante alto desde donde mirar lo que han hecho y lo que aún queda por hacer. Siguiendo el ritmo del reproductor, me topo con “Forever the Queen”. ¡Ólé temazo, joder! Cuando las cosas son así de buenas, ¿por qué no ser tan claro? Pues eso, un sexto corte que se las trae. Nuevamente, la máquina Santo Rostro funcionando impresionantemente bien engrasada, deleitándonos con un corto corte, pero que probablemente, sea de lo mejorcito de este “II: The Bleed”. Y para no hacerle al reproductor volver hacia atrás, dejo que termine con “Hunt It Down”. Abrasiva, devoradora, veloz, asfixiante… Otro puñetazo en la trompa de Santo Rostro que deja la marca de un trabajo realmente bueno, del que sus creadores deben estar más que felices, porque sus seguidores, ya lo son, creo.
Si vuelvo al principio, nos encontramos canciones de las que no les he hablado, y no son más que otro puñado de minutos genialmente articulados para dar guerra, musicalmente hablando. Sin duda, me reafirmo, este trabajo –y a la espera de me ponga más con el primero– es un señor cascorro de disco. Un álbum oscuro, pesado y denso cuando le toca, rápido y mortífero cuando sus jefes quieren. “Synod”, el comienzo de esta segunda aventura, es, literalmente, un pasote. Un corte que no te abre en canal, sino que te tritura mental y físicamente. ¡Cuando lo escuchen, ya me dirán! Casi seis minutos de contundencia hecha música. “Synod”, es misterio y oscuridad precedido por unos toquecitos a las cuerdas, que acaban en un descalabro músico-mental maravilloso. El segundo tema, “On the Edge”, es, podría decir, el otro extremo de esta banda. La rabia y el dolor de todo lo que sucede en nuestro entorno, escupido directamente a la cara, sin escrúpulos ni miedos, puesto a ver quien les ataca con las armas que estos se cuidan. Una canción que te dejará hasta confundido. A continuación, la curiosa –por su final jazzístico–, “Reminder of Pain”. Otro especial punto de mira donde ver y estudiar la progresión y calidad de Santo Rostro. Pieza que se mueve por los mismos lagos fangosos del sludge que vienen practicando, aderezándolo con un stoner desértico-europeo y toques doom que nada tienen que envidiar de ninguna otra banda. Para terminar, como también lo hace el álbum, volvemos a la rapidez y torrente de un corte, “Low Mind Low Sense”, que en casi tres minuticos, te despeina, te empuja, te vapulea y te hace un trapo.
“II: The Bleed”: es excelente, es una consagración, así de rápido, de una banda que si sigue por este camino, dará muchísimas alegrías a los degustadores de los estilos que he hablado. En tan sólo dos discos, hay un crecimiento musical abismal. Un gusto exquisito y un quehacer de órdago. Para colmo y, de paso echo unas flores, el artwork realizado por Procesonegro Art, es cojonudo como todo lo que hacen.
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