Sonidos Del Ayer: Comets On Fire – «Blue Cathedral» (2004)
Psychedelic / Garage / Noise Rock
(Sub Pop Records)
Muy lejos de embarcarse en algún estilismo en particular o catalogarlos por alguna etiqueta, hoy en nuestros “Sonidos Del Ayer”, entra uno de los discos más demenciales y ambiciosos registrados en este milenio, “Blue Cathedral”, uno de los fuertes de Comets On Fire.
Precisamente durante el año pasado se cumplían 10 años del que fuera el último de sus lanzamientos, “Avatar” (2006). Desde entonces, hasta los días del presente, después de aquel hiato indefinido que tomaron los muchachos californianos, son muchos los seguidores los que aún mantienen un halo de esperanza para un nuevo álbum de estudio de esta ávida formación.
No sé sí era el mejor de ellos, pero desde luego es un buen punto de inicio para aventurarse en la compleja discografía de una banda como es Comets On Fire, de la que se puede sacar texturas de bandas clásicas como Hawkwind o MC5 hasta proyectos más actuales como Earthless o Ecstatic Vision. Entramos de lleno en una orgía de frenéticas jam’s, con guiños al jazz más liberal, instrumentos de viento por medio y una evolución llevada al alza que con este “Blue Cathedral”, la talentosa formación de Santa Cruz consiguió llegar a la cima.
Todas las ecuaciones más complejas se plasman en una de las grandes obras del género de este nuevo milenio. El mejor ejemplo para toparnos de lleno con su sabiduría musical es “Whiskey River” una de las grandes destacadas del disco, con los principios fijados en los riffs setenteros de la “Experience” de Hendrix o Blue Cheer. Con estos primeros apuntes y un saxo que nos prevé al caos instrumental de Comets On Fire, penetramos en su mejor vertiente, la más reconocida y caracterizada de ellos, una enérgica psicodelia al más puro estilo noise. Todo esto a un ritmo demencial por parte de la batería, la indiscreción de sus guitarras y esos toques al sintetizador que hacen de este cañón musical un espectáculo auditivo único. “The Antlers Of The Midnight Sun” es otra de las piezas que bien pueden valer por el mejor de los pasadizos entre las similitudes que despierta con la tercera pieza antes mencionada, solo que aquí, y en una versión más corta, los californianos hacen una mezcla de King Crimson, Hypnos 69, Psicomagia o Cholo Visceral, las intromisiones al saxo y unos riffs de guitarra muchos más incisivos confirman así los minutos más salvajes de “Blue Cathedral”. Un disco que no está exento de sus cálidas ambientaciones, de hecho cada canción que entra en materia viene precedida por pequeños interludios como “Pussy Foot The Duke”, “Organs”, la acústica y tribal “Wild Whiskey”, y una engañosa canción como puede ser “Brotherhood Of The Harvest”, corte instrumental, en dónde hacen hincapié en los sonidos más orientales con el sitar y teclados, como claros referentes.
Dicho esto hablemos de su principio y su final, dos pilares esenciales que mantienen esta catedral de la psicodelia contemporánea totalmente infranqueable. Un ejercicio de destreza como es “The Bee & The Crackin’ Egg”, inicia este festival de lisergia y laberintos con esa cruda y viciosa electricidad que se alimenta por los conductos de Comets On Fire. Un océano de reverberaciones, furiosas guitarras, una rítmica implacable y las voces desgarradores de un Ethan Miller, totalmente desatado. ¿Y qué se puede decir de su final? “Blue Tomb” es realmente el final más merecido que puede tener “Blue Cathedral”, con un medio tiempo con algunos tintes del stoner más distorsionado desde la faceta más tradicional de Blue Cheer, dentro de una mística mucho más atmosférica.
“Blue Cathedral” es un trabajo para todos, o tal vez para nadie, un complejo estilo para paladares exigentes que nos conduce al exilio de estos californianos, echados en falta desde hace más de una década y con ejercicios prácticamente sobrenaturales como es este tercer álbum suyo, liberado por el reconocido sello Sub Pop a finales de Julio de 2004, en lo que fue su estreno con esta plataforma y recordado en el día de hoy por la puerta número 235. Un manjar de estilos musicales expresados en una misma obra, desde el rock más clásico, pasando por la crudeza del heavy psych, la locura del noise, el punk más vertiginoso o la psicodelia omnipresente. Lisergia pura y a raudales que tuvo su definición más ejemplar cuando esta banda se expandió en 5 elementos dentro de sus composiciones que aquí denota abundancia variada en sus profundidades. Un dinámico dominio que muy pocos han conseguido clavar como se hizo en el 2004 con este “Blue Cathedral”.