Sonidos Del Ayer: Doomriders – «Black Thunder» (2005)
Sludge Metal / Hardcore / Stoner
“Black Thunder” se convirtió en el primer disco de estudio de una de esas bandas formadas a base de la unión entre otras. Familias vecinas como pueden ser Old Man Gloom o Converge son los principales fundamentos en la creación de una formación como Doomriders. Cuarteto de Boston con tres discos de estudio hasta la fecha.
Este año cumple una década este primer retoño de los norteamericanos, diez años han pasado en lo que yo considero como la versión más ralentizada de los mejores Mötorhead, la mejor cabalgada que pueden tener estos jinetes hacia los páramos del glorioso riff abrasivo.
Influenciados grandemente por ilustres del pasado, no dejan de dar sus guiños a esos clásicos del metal y el hardcore y aquí es dónde radica la mayor característica de esta banda, Doomriders mezcla estos estilos con el mejor rock & roll de la vieja guardia. Sucios y candentes, “Black Thunder” es su primer patadón en la cara para la muchedumbre, tres cuartos de hora exactos dónde dan rienda suelta a sus virtudes en su particular patio de recreo, una fiesta desenfrenada lista para el cuello más resistente.
Doomriders son de esas pocas bandas capaces de crear este ambiente, una atmósfera llena de vitalidad y energía. El cantante Nate Newton tiene ese talento de llevar unas composiciones magníficas y ese duelo a las 6 cuerdas que mantiene todo el álbum con su escolta Chris Pupecki. Ambos se sacan de la manga momentos atronadores como los cosechados en ese final divinamente ensordecedor en “The Long Walk”. Pero esto es solo un pequeño de los tantos detalles que puede dejar un trabajo como “Black Thunder”.
Este combustible diesel arranca con la propia “Black Thunder” y la mejor compañía de Kurt Ballou. Desde los primeros segundos del LP rápidamente vendrán de cabeza las joyas más veneradas de unos macarras como Entombed. “Ride Or Die” es uno de sus himnos de batalla, dónde su ejército ofrece su particular estampida bajo el rock más acelerado y los gritos más asesinos. “Midnight Eye” hará que gires la vista a los discos de Danzig, magnífico Newton a los micros que se muestra entregado con los suyos.
Mucho ha dado que hablar este disco al que tampoco se le pueden dejar de lado fantásticas piezas como el blues más corrosivo que destila “Voice Of Fire” uno de los clímax más enigmáticos del álbum con un final épico. Incluso en la pista final “Sirens”, la banda no deja títere con cabeza ofreciendo su versión más stoner.
No hace falta esperar una obra maestra llena de técnicas instrumentales, “Black Thunder” es un único viaje de ida directo a la sesera, de ahí no saldrá. Solos, riffs y una percusión con las líneas de bajo que aporta Jebb Riley (frontman de Disappearer) que llegan al alma. Un discazo ameno que suena brutal en cualquiera de sus directos. El típico ejemplar que se ha de escuchar de manera mensual con el paso de los años ya que hablamos de un trabajo de puras garantías.
La magia del señor riff es omnipresente en este álbum, esa es su mejor publicidad. Si te gusta el hardcore más implacable, el rock clásico más ruidoso o el metal más sucio, entonces solo te puedo responder con dos palabras: “Black Thunder”. Sonidos del ayer que perdurarán en un futuro.