Sonidos Del Ayer: Motorpsycho – «Heavy Metal Fruit» (2010)
Psychedelic / Progressive Rock
(Rune Grammofon Records)
Considerado como uno de los pináculos dentro de su discografía y esencial dentro de la larga carrera de estos entusiastas del progresivo en su segunda mitad de carrera, el glorioso «Heavy Metal Fruit» de Motorpsycho es nuestro protagonista de lujo en los «Sonidos Del Ayer» que despiden esta semana.
El décimo cuarto álbum de estudio de los noruegos, sería el encargado de cerrar una trilogía de discos lanzada en menos de dos años. A este hay que unirles los «Little Lucid Moments» y «Child Of The Future», ambos lanzados en los 15 meses anteriores y cerrando con «Heavy Metal Fruit» una de las temporadas más concurridas y asombrosas en sus más de 25 años de maestría musical impartida por todo el mundo.
En una discografía en la que la palabra extraordinaria se le queda corta, el entusiasta y fantástico mundo que nos traen Motorpsycho en esta obra que traería consigo el cumplimiento de su vigésimo aniversario, derrocha dinamismo a través de sus variadas estructuras inducidas por el rock progresivo, mellotrones, psicodelia, armonías de alucine, muchas partes instrumentales que incitan al jazz más liberal y su ese marca de rock clásico. En otras palabras, toda la sinfonía musical que Motorpsycho nos puede dar, elevada a las mil maravillas.
“Heavy Metal Fruit” es uno de esos registros de Motorpsycho donde mejor se incorpora con habilidad la pesadez y la melodía. Dos factores importantes para este álbum que juntos crean una puerta que se abre hacía una nueva dimensión. Dos canciones superan los 9 minutos, la pista que abre llega casi a los 13 y no nos olvidemos de esa mágica epopeya final llamada “Gullible’s Travails” de 20 minutos y dividida en cuatro actos estratosféricos y las lujosas colaboraciones de Mathias Eick, Jaga Jazzist y Hanne Hukkelberg que ofrecen durante algunas partes del trabajo.
Hablar de madurez dentro del entorno musical de Motorpsycho, creo que se podía apreciar desde aquel “Lobotomizer” del año 1991, un debut que nadie en este mundo podría pensar lo que traería con el devenir de los años posteriores. La calma que se introduce a través de esas sutiles líneas de guitarra da la entrada a “Starhammer “. A continuación, la explosión que crea el universo musical de estos tipos viene equiparada con viciosos riffs, frecuentado por las introducciones al mellotrón, difusas líneas de bajo más propias de Geezer Butler y 5 minutos finales dignos de sonar como hilo musical en un centro psiquiátrico. “X-3 (Knucleheads In Space)” es digna de formar parte de la banda sonora en algún capítulo de Star Trek. Motorpsycho entra en erupción y su siempre marca progresiva , reluce en este corte algo más directo y que puede servir como el gran homenaje para Miles Davis o Jack Johnson. Nuevamente la mítica formación vuelve a regalarnos otro final dónde el jazz experimental entra en escena. Los finales en las canciones de “Heavy Metal Fruit” son toda una odisea, quizás este sea el detalle más curioso que tiene este LP. “The Bomb-Prrof Roll And Beyond” suena cautivadora, los teclados son de ensueño, las vocalizaciones en sus dos primeros minutos te hacen acostarte boca arriba encima de una nube para disfrutar de las vistas de nuestra atmósfera . Dicho esto, y pasados esos 2 minutos y medio, la nube sobre la que te acostaste abre un hueco y caes en un vacío demencial trayendo un descenso vertiginoso. Sí, es otra volada más de Motorpsycho que uniéndola con la melancólica pieza de piano en “Close Your Eyes”, nos hacen levitar hacía un final del álbum único.
El inicio de “W.B.A.T.” es de locos, jazz mayúsculo, para tomar asiento y disfrutar de la creatividad y técnica de estos músicos pero por encima de todo, para ver como recargan baterías ya que pasados los primeros instantes, nos devuelven a los tiempos del heavy metal más primitivo dónde los eternos Sabbath daban clases a todos sus alumnos de los 70 a través de sus primeras obras. La fusión entre ese rock pesado, pegadizos riffs y el omnipresente space rock, golpea fuertemente y te deja listo para el despegue. Esta ascensión llega con la proeza final de 20 minutos en la que, en mi humilde opinión, considero una de las canciones más grandes que haya compuesto Motorpsycho en su larga carrera. La épica de los músicos se une a la marca del rock más setentero, capa tras capa, van construyendo un edificio sin techo alguno a base de un hormigón musical bien estructurado, relleno del mejor folk, arreglos de guitarra y los siempre inesperados momentos con los que los noruegos siempre nos sorprenden. Motorpsycho nunca había jugado antes tanto al límite de no ser por esta masterpiece.
No importa si te gusta Pink Floyd, Hawkwind o Black Sabbath, “Heavy Metal Fruit” te da todo esto y todavía tiene tiempo de sobra para seguir sorprendiéndote. Hablamos de un trabajo de Motorpsycho, esto no lo pueden hacer otros. Gran tejido de alfombras que se mueve rápidamente entre un remolino mágico de estilos basándose en los métodos más complejos. Un caleidoscopio y vertiginoso paseo hacía los confines de nuestra galaxia, lanzado chispas en todas direcciones. Estas seis pistas que contienen te hacen vivir una nueva odisea espacial.