The Grand Astoria – «La Belle Epoque» (2014)
Cuando consigues mezclar la larga duración de un disco con algo que resulta no solo agradable de escuchar sino realmente extraordinario, cuesta mucho superar ese listón tan alto que se deja. Que “Punkadelia Supreme” fue un punto de inflexión dentro de la discografía de los rusos The Grand Astoria y uno de los mejores trabajos del 2013, eso a día de hoy es todo una realidad, por eso un disco como “La Belle Epoque” aparte de resultar esperado y de ser la consecución de lo que yo considero su obra maestra, tenía que ser un disco que tenía muchos ojos puestos encima.
Hay que reconocer que el quinteto ruso tiene categoría de sobra para jugar en la liga de los grandes. Su nuevo disco te aleja de todo el stoner psicodélico vertiginoso que se plasmó en su anterior trabajo para entrar en una creación inexplorada dónde hay muchas otras facetas de la banda por descubrir. Lo que más me ha gustado es esa indagación en la música progresiva que marcan en este quinto disco de estudio. Por momentos quieres creer que estas escuchando un álbum de Tool o ir más allá en la improvisación y notar partes que se asemejan mucho con un trabajo que levanto tantas críticas dispares como “The Hunter”.
The Grand Astoria no ha perdido su norte y nos entregan con “La Belle Epoque” otro capítulo más de su historia para encontrarnos con un mar de sorpresas y toda la chispa que tienen ellos como grandes músicos que son. Los sobresaltos llegan rápido ya que desde su inicial “Henry’s Got a Gun” se muestran de lo más poperos en una pieza realmente prescindible. Con “The Answer” vemos una banda que aún no ha metido la primera marcha y le cuesta arrancar. Cubierta de sonidos orientales dándole cierto aire de misticismo, empezamos a recordar de la madera que están hecho estos tipos por momentos para un tema que va creciendo más y más llegando a producirse algunos riffs que actúan de manera justa para sacarte una sonrisa.
“La Belle Epoque” es uno de esos discos que gana con las escuchas, nadie ha dicho que el estilo de The Grand Astoria sea digerible pero es cierto que en muchas de las partes de este nuevo álbum, el oyente se sienta algo perdido ante tanta sorpresa que ni muchos menos tiene que resultar mala. Sin prisa pero sin pausa continua “Gravity Bong” que va acelerando el ritmo impuesto por el batería Vladimir Zinoviev que inyecta un universo más conocido por los leales seguidores de la banda. Llegado a este punto viene lo que todos queremos, ese espíritu de los rusos brillando más que nunca y eso tiene un nombre, “Serpent And The Garden Of Eden”, una pieza que bien vale todo el álbum. Sus poco más de 14 minutos deja una proeza de la música progresiva para quitarse el sombrero ante la técnica de estos tipos. Un compendio exhibicionista por cada uno de sus integrantes que tienen su momento estelar en los diferentes tramos de esta babilónica pieza.
“Lisbon Fuzzborn” gasta los últimos cartuchos que le quedan con vida a los rusos después de la matanza que provocó su predecesora. En ambas coinciden muchas cosas menos el tiempo de duración, pero si es cierto que se olvidan de las pocas voces que hay siendo cortes prácticamente instrumentales dónde centrar más su fuerza en las nuevas exploraciones de la banda mediante los sonidos más tribales y el estilo más progresivo. Esta penúltima canción se caracteriza por la aportación Alexey Klabukov al sintetizador dando ecos a la música de los 80.
Una vez más el dueto marcado por el multi-instrumentista Kamille Sharapodinov e Igor Suvorov, vuelve a hacer las delicias de muchos mediante riffs memorables y momentos para el deleite de cualquiera que le guste el sonido que puede desprender un instrumento como es la guitarra.
“La Belle Epoque” continúa con paso firme la discografía de estos rusos que aquí parecen desmarcarse aportando más savia nueva mediante indagaciones a géneros como el progresivo. A muchos sorprenderá por partes y a otros desagradará porque no está a la altura de “Punkadelia Supreme”, yo estoy en un punto intermedio pero queda claro que es una correcta continuación. Veremos cuál será el siguiente paso para los chicos de San Petersburgo.