Toundra – «IV» (2015)
Post Metal / Instrumental
Desde hace 3 años justamente con aquel “III” el camino a la popularidad que han tenido los madrileños Toundra no ha conocido fin en su exitoso ascenso. Pocas han sido las bandas nacionales metidas de lleno en el ramo underground que hayan llegado tan lejos como han hecho estos artífices del estilo instrumental.
Su nuevo “IV” es uno de los grandes trabajos esperados en este 2015, eso es algo que se sabía desde el otoño pasado cuando anunciaron a los cuatro vientos su vuelta al ruedo. Lo que muy pocos sabrían era si seguirían la gran línea que marcaron en su último disco. Las expectativas estaban muy altas ante el magno engendro que triunfó hace 3 años y ese eco se ha ido extendiendo a través de su extensa cabalgada por el viejo continente y conseguir esta catarsis definitiva con su rotundo cuarto álbum de estudio.
“Strelka” nos va acomodando al paraíso musical que despierta este nuevo trabajo. Lleno de hermosas florituras, digamos que este madrugador corte ofrece en pequeñas dosis la tormenta que desatarán momentos más tarde los madrileños. Los arreglos a las 6 cuerdas por parte de Macón y Esteban dan pinceladas maravillosas al lienzo imaginario que tiene por cerebro el monstruo Toundra.
Verdaderos astros del cosmos que harán que el estado flotante se acrecenté más y más con la subida de decibelios que proporciona “Qarqom”, dónde empiezan a entrar en faena y a darle más músculo a sus composiciones pobladas del manto progresivo y los constantes cambios de ritmo. La tempestad se desata pasados los 5 minutos de canción dónde está bestia instrumental grita de rabia dejando un final alucinógeno digno de encumbrar a una de las piezas gigantes de “IV”.
Los capitalinos son capaces de tele-transportarte a través de su sinfonía experimental llevado a su universo surrealista de la manera más espiritual. “Lluvia” es ese interludio que actúa de tal manera sombría para conectar con el cosmos de su música y guiarte como puente que une 2 mundos a “Belenos”. Alex marca un ritmo recordado al principio y el final de tema, dónde una vez más, vuelve a radicar la supremacía de esta banda y la evolución en unas estructuras mucho más trabajadas que cualquier disco anterior.
La “Requiem” de este novedoso álbum se llama “Viesca” y es dónde Toundra alcanza su máxima expresión. El fondo de armario de estos artesanos parece no tener fin y la belleza aquí se eleva al cubo en el que presuntamente es la canción más corta del disco.
Si lo escuchado hasta ahora no te despierta de tu hiper-sueño, con “Kitsune” empezarás a sentir un lento escalofrío en tu interior, iniciando una parte final de disco demoledora. Esta sexta pieza trae de cabeza el lado atmosférico de Toundra, el que más reclaman las almas del post. Una larga sombra va creciendo en el interior de este embrión hasta el éxodo final que explota alcanzando una de las partes más brillantes del álbum.
“Oro Rojo” es la épica final que cierra este proverbio estatal. El videoclip musical que nos adelantaron bajo la supervisión de Jorge García (Adrift), artífice del resultado de su extreme belleza, deja un final dónde estos visionarios lo mete todo en uno. El gran resumen de todo un disco en sus poco más de 6 minutos finales pasando por diferentes estados de ánimo y progresión, siempre envuelta por el cálido estilo de estos patriarcas de la atmósfera.
Más largo, más complejo, más brillante y mucho más profundo. Este cuarto disco perfecciona y lleva a los altares del olimpo musical el nuevo trabajo de Toundra, superior a cualquier otro trabajo anterior, podemos decir tranquilamente que han conseguido su gran obra maestra. El 2015 es su año y tan sólo está empezando, ahora solo queda propagarlo a la especie. Sobresaliente.