Windhand – «Grief’s Infernal Flower» (2015)
Doom Metal / Stoner
Entre tanto mar embravecido, entre tanto disco esperado, las moles sónicas de Richmond aún no habían dicho su última palabra. Algunas adelantos eran testigo para muchos de que la nueva tormenta norteamericana volvía a caer sobre nosotros para este mes de Septiembre y con una banda de garantías como son ellos, con dos grandes discos a sus espaldas como fueron su homónimo debut y “Soma”, era normal las altas expectativas que podía tener su nuevo engendro.
Más grandes que nunca y más extensos si caben, Windhand llega a las puertas de este otoño para presentar “Grief’s Infernal Flower” un disco que tiene un alma que clama fuerte al cielo de Virginia y es que después de su conmovedor álbum en solitario lanzado a principios de este 2015, parece que la emotividad de la cantante Dorthia Cottrell aquí alcanza su excelencia.
Arrastrados en ese oscuro mundo subterráneo del underground, Windhand vuelve a golpear con fuerza en la escena doom con su nueva obra melancólica plagadas de monolíticos riffs y mórbidas atmósferas. “Grief’s Infernal Flower” desnuda la brillante producción de Jack Endino impregnando los mejores sonidos de antaño pero trascendiéndolo a esta época y género en cuestión. Todo funciona en este disco y Windhand nos regala su obra más extensa con sus nueve piezas infecciosas.
Desde la psicodelia de “Forest Clouds” hasta su lado más salvaje con “Tannsgrisnir”. Estas, por ejemplo, son dos piezas que ponen a prueba la aflicción y pesar de la banda. Otras como “Hesperus” o “Kingshifter” de 14 minutos cada una y continuadas, no solo dejan lo que trae el álbum en sí mismo, sino que refleja con la primera la reproducción de un gigante de la prehistoria arrastrándose lentamente y viendo como los norteamericanos llevan esa reproducción total que resume de manera bestial. Sin embargo, “Kingshifter” deja su lado más cósmico en unas facetas pocas veces vistas en Windhand pero que encajan a la perfección con la estructura del álbum. “Crypt Key” es una de las piezas más directas de “Grief’s Infernal Flower”, Windhand puro, desde su inicial acústico hasta ese gancho gigantesco que te parte dos a través de doomster más seco.
Hay una cosa que está clara, “Grief’s Infernal Flower” es el disco más completo hasta la fecha de Windhand. A su cantidad de verdaderos derechazos hay que sumarle sus dos cálidas piezas acústicas llamadas “Sparrow” y el claustro final “Aition”, dónde la magia de Dorthia vuelve a obrar como ya hiciera en la triste pero emotiva “Evergreen” de su predecesor trabajo.
Este tercer disco no trae nada nuevo que no haya mostrado Windhand anteriormente, no hay ningún giro significativo en esa metodología pesada que tienen ellos, pero es que tampoco hace falta. Ellos hacen lo que mejor saben hacer y vuelven a poner el puño sobre la mesa con su explosivo nuevo trabajo. Ya no son esa fuerza creciente que despertaba como un volcán a punto de estallar, Windhand ya están más que consagrados y bien establecidos dentro de la escena y aquí te traen nueve razones más de mucho, mucho peso.